DE acuerdo con el enfoque que iniciamos con las reformas que emprendimos el año 2003, el objetivo de la así llamada "revisión médica" de la Política Agrícola Común (PAC) es mejorar su funcionamiento a partir de la experiencia acumulada desde 2003 y prepararla para afrontar los nuevos retos y oportunidades que se abren ante nosotros. Por qué llamamos "revisión médica" a este proyecto? ¿Significa que el paciente está enfermo?

Ciertamente, no: allí de donde vengo es completamente normal que personas perfectamente sanas vayan al médico para averiguar si necesitan hacer algo diferente para mantenerse en forma. Del mismo modo, tenemos que examinar si es preciso ajustar la PAC a una UE de 27 y a un mundo en constante transformación

Las reformas iniciada sen 2003 han roto en gran medida el vínculo entre subvención y producción: la llamada " disociación de la ayuda". Los agricultores son libres de adoptar las decisiones que estimen oportunas en respuesta a las señales del mercado, se les exige respeto a estrictas normas de medio ambiente y bienestar animal y las lamentablemente famosas montañas de alimentos son cosa del pasado.

Sin embargo, la política rebasa ampliamente los límites de la agricultura, al financiar proyectos medioambientales, impulsar las economías rurales hacia otras salidas profesionales y elevar la calidad de vida en general. Partimos, por lo tanto, de la base de una PAC modernizada y muy mejorada, lo que dista mucho de la popular caricatura. Esto no significa que podamos dormirnos en nuestros laureles.

Fundamentalmente deseo formular tres preguntas: ¿Cómo hacer el sistema de ayudas directas más eficaz y sencillo? ¿Cómo lograr que instrumentos de apoyo del mercado concebidos para una Comunidad de seis miembros sean pertinentes en el mundo en que vivimos en la actualidad? y ¿cómo afrontar los nuevos retos, desde el cambio climático a los biocombustibles, la gestión de los recursos hídricos y la protección e la biodiversidad? Mis propuestas pretenden dar el pistoletazo de salida a una amplia consulta.

La próxima primavera volveré con propuestas legislativas, y espero que los ministros acepten las modificaciones para finales de 2008, de modo que pudieran entrar en vigor inmediatamente. Sin duda, la "revisión médica" señalará el camino a seguir en el futuro, aun cuando no prejuzgue los resultados de la revisión del presupuesto.

Así pues ¿qué propongo concretamente? Ante todo, debemos examinar las vías para hacer el sistema de pagos directos a los agricultores más sencillo y eficiente. Como punto de partida, esto significa apartarse de los pagos basados en los ingresos históricos, así como incrementar el porcentaje de disociación en aquellos países que opten, en distintos sectores agrarios, por mantener el vínculo entre subvención y producción. Soy consciente de que es un tema polémico, pero deseo plantear de nuevo la idea de limitar los pagos a los grandes agricultores que se benefician de economías de escala.

Al hacerlo, naturalmente tendremos que distinguir entre explotaciones agrarias con múltiples propietarios y muchos trabajadores y explotaciones de un solo propietario con unos pocos trabajadores. La posibilidad de incrementar la extensión de tierra de la que el agricultor ha de ser propietario para poder optar a la ayuda de la UE es menos controvertida, aunque habrá que tener cuidado para no penalizar a pequeños agricultores genuinos.

En relación con el sistema de pagos directos debemos asimismo examinar detenidamente las normas que los agricultores están obligados a cumplir para recibir la ayuda de Bruselas, lo que podría suponer eliminar algunas obligaciones innecesarias, pero también añadir otras para poder responder a nuevos retos, como mejorar la gestión de los recursos hídricos o mitigar el cambio climático.

Un segundo foco importante de atención serán los restantes instrumentos de apoyo al mercado provenientes de los primeros tiempos de la PAC. Es evidente que las subvenciones a la exportación se encuentran en sus últimos años, pero ¿qué pasa con la intervención, es decir, la adquisición pública de la producción excedentaria? Creo que la intervención debe volver a su propósito original de auténtica red de seguridad. La retirada de tierras se introdujo a finales de los años 80 para limitar la producción, pero hoy se ha quedado obsoleta. Debería desaparecer, pero tenemos que encontrar nuevas vías para preservar los beneficios medioambientales que ha aportado.

La PAC se enfrenta en 2007 a nuevos retos: gestión de los riesgos, lucha contra el cambio climático, máximo aprovechamiento de las oportunidades que ofrece la bioenergía y preservación de la biodiversidad. Responder a estos retos tiene su precio, pero la mejor manera de afrontarlos es a través de la política de desarrollo rural. Esta es la razón por la que estoy proponiendo incrementar la transferencias de los pagos directos desde los grandes agricultores hacia el presupuesto de desarrollo rural.

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