Políticamente incorrecto

Los ciudadanos están tremendamente jodidos. Y ejemplos como este deterioran, aún más si cabe, el valor de las instituciones en la crisis

En ocasiones hay que ser políticamente incorrecto. No basta con airear ciertas dosis de modernidad para no sentirte distinto y anacrónico de los que se autoconforman ilustradores del siglo XXI. No basta tampoco con pensar que quienes residen o flirtean con nuestra Universidad deben creerse, sólo por ello, en la exclusiva y definitoria posesión de la verdad.

Verán Vdes.: es la propia Universidad la que reconoce a través de diversos estudios sociales y económicos, que, en periodos de crisis, somos un mercado laboral caracterizado por destruir mucho más empleo, ya no que el resto de países europeos, sino que la mayor parte de ciudades de España. Somos -dice la Universidad de Granada- un modelo que supervive bajo sectores de bajo valor añadido, un mercado de trabajo precario, con excesivo protagonismo del empleo temporal, y unas políticas activas de empleo deficientes.

Con las cosas de comer no se juega. Imagino que entraría en las valoraciones de los entendidos y en el Consejo de Gobierno de la Junta este martes. El confinamiento inicial para frenar la propagación del Covid-19 ha destruido más de un millón de afiliados a la Seguridad social sólo entre febrero y mayo. Un cierre temporal del sector de la hostelería en Granada, sería un castigo definitivo a un sector abrumadoramente mayoritario y que sujeta la economía local. No podemos. Por ahora. Es tan fino el hilo que sujeta a los que aún no han cerrado, que cualquier voladura más, aunque sólo sea por quince días, dinamitaría de forma definitiva nuestra economía local.

Ello obliga a definir otras soluciones. ¿Serán las adecuadas? Seguramente no. No hay nada adecuado aún para frenar la propagación. Si alguien piensa pasar a cero, se equivoca. Imagino que las medidas tratan de tumbar la curva, inicialmente con las que generan menor gravamen. Alabé la brillantez de la rectora cuando, anticipándose, pidió a la comunidad educativa previsiones de educación presencial, semipresencial y a distancia. Desde el inicio del curso viene desarrollándose en condiciones de semipresencialidad. No diez, pero sí siete días. Por ello, me pregunto dónde estaban quienes hoy intentan politizar nuestra necesidad de protección sanitaria. Qué le dijeron a la rectora. Dónde sus protestas. No veo a nadie en las hemerotecas contrario a su aplicación…

¿Se equivocan? Puede. No contaron con la Universidad para su adopción. Pero valoro la jerarquía en la aplicación de las medidas. ¿Que no será suficiente? Puede. Estamos tardando en girar el futuro productivo de la provincia (¿el acelerador de partículas?). De no ser suficientes, ¿las siguientes implicarán mayor coste económico? Sin duda. Todos nos acordaremos. La crisis la pagamos todos. No el bar o la tienda que cierra. También sueldos, salarios y pensiones públicas. El estado no podrá acoger la inmensidad de subsidios que producirán las abultadas cifras de paro.

Ser políticamente incorrecto. Lo sé. Pero el año no da para más. Los ciudadanos están tremendamente jodidos. Y ejemplos como este deterioran, aún más si cabe, el valor de las instituciones en la crisis. Ojalá lo entiendan de una vez. Ojalá.

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