Poner al PSOE de rodillas

Susana Díaz anda como alma en pena por San Telmo sin dar crédito a lo sucedido el día de las elecciones

Hace diez días sucedió lo que hace once no esperaban muchos. Es más, la agencia estatal de prospecciones de opinión, que maneja Tezanos, aseguraba todo lo contrario. Las cocinas de Tezanos, está claro, no pueden tener ninguna estrella Michelín. Muy contrariamente a lo que de forma interesada vaticinaron, el PSOE perdió la posibilidad de proseguir en el poder, en la Junta de Sevilla, después de treinta y ocho años largos dirigiendo la administración de esta comunidad autónoma, que ha tenido cinco presidentes sucesivos, todos ellos del PSOE -que se dice pronto- y sin contar al presidente que fue de la preautonomía, don Plácido Fernández Viagas, que también era del PSOE. Toda una era, bajo cuya sombra, poder e influjo han nacido varias generaciones de electores andaluces de ahora.

Dicen que la presidenta -ahora en funciones- Susana Díaz, anda como alma en pena por los pasillos y salones del palacio de San Telmo -donde casi se ha criado- sin poder dar crédito a lo que, el mismo día de las elecciones al Parlamento de Andalucía; y antes de abrir las urnas; le filtraban desde orejas sabias, que cobran por decir la verdad: esto está perdido, murmuraban con rostros desencajados las otrora engoladas cabecillas de esa corte sevillana omnímoda y omnipotente otrora, que lleva decenios gobernando y confundiendo el PSOE con la Junta de Sevilla, como si de única e indivisible cosa se tratase. Era inconcebible la pérdida de tanto poder, estando todo -se suponía- tan atado y bien atado… Pero, como dijo Machado -don Antonio-: "La verdad es lo que es y sigue siendo verdad, aunque se diga al revés...".

Sí, ha sido patética la llamada, la casi exigencia desesperada de Susana Díaz a ser investida, de nuevo, presidenta de la Junta de Sevilla. Y no se percataba, hasta ahora poco, de que nadie, absolutamente nadie le hace el menor de los casos. Ella reclama que debe de ser presidenta por haber sido el PSOE el partido más votado. No se ha enterado de que ese argumento no sirve para nada, según pensar, hacer y disponer de su propio jefe de filas, que preside el Gobierno de esta nación, sin representar al partido más votado… Él rompió la norma no escrita…

Susana Díaz ha afirmado, en estas escenas finales de la tragedia sevillana, que no permitirá que nadie "ponga al PSOE andaluz de rodillas". Y lleva razón la mujer, para eso ya se las vale ella solita, que se basta y sobra. Sí, ciertamente es patético. ¿O no?

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