Presos por presupuestos

Urge recuperar el valor de la palabra y el respeto a la ley. Despreciar a quienes la usan sólo como arma electoral

Llevo toda la semana dando vueltas a lo mismo. Cambio democracia por cromos. Cambio apoyos presupuestarios por iniquidad. Se me vienen a la cabeza muchos hechos que han formado parte de la historia de la democracia y de la dignidad de sus políticos: pactos de la Moncloa, la dimisión de Suárez, el nacimiento de la Constitución… ahora todo cambió. La pluralidad es una quimera, y la democracia sólo existe como instrumento para someter a los ciudadanos a mis decisiones. Los grandes cambian presos por presupuestos. Los más pequeños, los que arreglan el cortijo municipal, venden su alma por una imagen al son de villancicos, no sea que alguien les apague los focos. Suena extraño, pero son como los avisos del pregonero, que llegan sólo a quien debe escucharlos. Y mañana… mañana todo seguirá teniendo cabida.

Creo en los pactos. Creo en las concesiones de los partidos políticos para alcanzar acuerdos. Pero siempre me he preguntado, hasta dónde, en qué lugar colocar el listón, si todo vale. Y la verdad, lo de estos días con Bildu rechina, produce tristeza y sonrojo. Qué pena de país. Qué pena de líderes. Pequeños reyezuelos en reinos de taifas que sólo creen en estrategias de comunicación e imagen. Una más. Pero no cuentan con que el ciudadano de a pie ya está harto. Que había algo ínsito en sus cargos: la responsabilidad política, el cuidado de las instituciones y nuestros derechos y libertades. Que lo desprecian a diario, que ese Norte, hace tiempo se perdió y con él, la defensa de nuestro estado y nuestra democracia. Que no basta con cuatro abrazos, un saludo, y un "yo soy de los tuyos". Que el voto ya tiene precio, valor y sabiduría.

Es necesario recuperar el valor de la palabra y el respeto a la ley. Despreciar a quienes la usan sólo como arma electoral. En momentos de angustia, no queda espacio para privilegios. Tenemos un grave problema de valores. Si pensamos en los órganos legislativos, decimos que son ineficientes, que siempre van por detrás de la sociedad. Del ejecutivo de cualquier gobierno, que es vivo ejemplo de corrupción y maniobras torticeras. La justicia, que es lenta y que corre el peligro de convertirse en instrumento del poder político. Del presidente de Gobierno, del alcalde del mandatario… que siempre miente. De la oposición, que se deja comprar, que actúa solo para destruir gobiernos y nunca para construir sociedades y fomentar la riqueza de un pais.

La auténtica realidad ciudadana, la que a diario manifiesta en la calle. Un auténtico y grave problema de valores que pide a gritos un cambio. Devolver las referencias de una saneada democracia. Dejar a los presos donde la ley les exige estar. Adolfo Suarez nos dejó un brindis para la posteridad: "Brindo por el pueblo español, esperando que tenga unos dirigentes mejores que los que actualmente posee". Cuarenta años más tarde, somos muchos los que aún brindamos por ello.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios