El pasado jueves conocimos el acuerdo del Gobierno y Podemos para los Presupuestos de 2019 que, en mi opinión, abre un nuevo e interesante capítulo en esta legislatura ya que este acuerdo supone una forma diferente de hacer política con una orientación mucho más social pero, casi más importante que eso, es la propuesta para gestionar el país desde las fuerzas mayoritarias de la izquierda hecha en el marco de las líneas establecidas con la UE.

Un ejercicio de pragmatismo desde una visión de izquierdas para que la salida de la crisis permita reparar los daños y los recortes que han incrementado la desigualdad al afectar en especial a los sectores más desfavorecidos.

Se van a oír muchas opiniones al respecto de este acuerdo y, de hecho, la derecha ya está atacando con enorme tremendismo las medidas que se contienen. Incluso se nos anuncia la conversión de España en una nueva Venezuela o la llegada del hambre a nuestras calles en lo que supone un análisis tan desenfocado que expresa el enorme descoloque del Partido Popular y de Ciudadanos desde que la moción de censura arrebató el Gobierno a los unos y la llave del mismo a los otros.

Más allá de lo que suceda en las próximas semanas, (yo me atrevo a vaticinar que serán definitivamente aprobados), esta es una propuesta que nos ofrece la novedad de un Podemos actuando con pragmatismo en el ámbito de las instituciones y en el marco de los planteamientos globales de la UE pero, además, es una propuesta que va a retratar a la derecha porque la pone ante sus propias contradicciones y evidencia errores de su reciente etapa de Gobierno.

Era posible otra respuesta a la crisis: en las pensiones, en la dependencia, en la sanidad, en la educación pública, en la articulación de políticas laborales o en el ámbito de los autónomos. No era la crisis la única causa de los recortes. Era la ideología. Y la ideología es importante porque los enfoques de la política tienen y deben tener fundamentos ideológicos ya que en ellos se sustentan los análisis y las respuestas a los problemas según enfoques, valores y prioridades.

No fue valiente la derecha escondiendo su ideología en la excusa de la crisis. Además de poder solucionar problemas de la gente, esta propuesta de presupuestos sobre todo pone de manifiesto que los planteamientos ideológicos son necesarios y que desde la izquierda, se pueden hacer las cosas en beneficio de la mayoría social, disminuyendo la desigualdad incluso en el marco de los compromisos con nuestros socios en la Unión Europea. El tiempo será el mejor juez.

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