LA Fiscalía ha pedido tres años de cárcel contra una mujer de Fuente Vaqueros que agredió a una maestra por un asunto intrascendente relacionado con el bocadillo de su hijo. La madre ya había sido condenado anteriormente a un año por agredir a un sargento de la Guardia Civil. Al no superar los dos años de prisión, la mujer no llegó a perder la libertad. Ahora, sin embargo, si es condenada, el golpe a la maestra de su hijo la llevará inapelablemente a la cárcel. El análisis de este caso está íntimamente relacionado con el incremento que ha experimentado el acoso contra los docentes. En concreto, en los últimos tres años, ha aumentado un 27%. Más que una condena ejemplar, que carga sobre un solo sujeto el malestar social producto de una cadena de desafueros, es menester una normalización de los criterios que emplea la Justicia a la hora de encarar la creciente violencia contra el profesorado, de modo que los agresores sepan a qué se exponen.

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