Mirada alrededor

Juan José Ruiz Molinero

jjruizmolinero@gmail.com

Procesiones políticas

Muchos españoles intentarán escapar de los cortejos esperpénticos de la campaña electoral

Que la campaña electoral coincida con las vacaciones de Semana Santa que se toman muchos españoles para escapar de sus monotonías habituales -en Europa, en la playa, esquiando o incluso viendo santos, capirotes, mantillas o romanos disfrazados- no cabe duda que es un respiro cuando estamos abrumados por las imágenes televisivas que revelan, también, la falta de independencia y objetividad de las cadenas, sean públicas o privadas. Hay demasiada propaganda en entrevistas masivas a los que hay que apoyar y críticas, en las otras cadenas, a lo que dicen. Ya veremos lo que dan de sí los debates cara a cara de los candidatos, si los hay, pero estos días atenderemos menos las mentiras, arbitrariedades, insultos que pretenden soportemos como manada de borreguitos. He llamado a las procesiones políticas que estamos sufriendo 'la campaña del primperan' y a sus protagonistas, a todos los niveles, 'los bufones del reino', por las ocurrencias que revelan su reconocida genialidad. Así que es bueno cambiar el primperan por una copa de vino de la tierra -tomada sin rebasar los límites de alcoholemia- o regocijarse con cosas apartadas del teatrillo político. Tiempo tendrá ese 40% de indecisos que no saben a quién votar, según el CIS de Tezano, para marcar el fatídico, para algunos, 28-A.

Porque hay que reconocer que el panorama es preocupante, con acusaciones mutuas de dependencia de los diversos extremos: el Vox de la 'reconquista', el Podemos de la 'nación de naciones', que detesta la monarquía; los independentistas catalanes, a los que se unen los pragmáticos vascos, con la inclusión de los herederos de ETA. Todos pretenden influir en el partido más votado -que no serán ellos-, por lo que el problema de los que se acerquen el 28 de abril a las urnas será adivinar con quien va a compartir cama su respetable voto. Porque a izquierda o derecha no hay nada decidido. Incluso se perfila una peligrosa vuelta de las dos Españas -una de las cuales nos helaría el corazón, como dijo Machado-, sin matices y con un centro desaparecido o escondido en los armarios, porque se está jugando a ver quién es más de derechas o de izquierdas en los dos sectores sociales. Siguiendo el esperpento, la gente puede preguntarse, por ejemplo, si preferirían como ministro del interior a Abascal, el seguidor de don Pelayo, o a Iglesias, con su policía paralela a lo Maduro. Y hasta algunos piensan si la política española dependerá de Waterloo o de Soto del Real.

Dejen de atormentarse con estas procesiones políticas y ocupen estas fechas como mejor les plazca. Los que tenemos columna los sábados, nos ahorraremos el trabajo de darles la lata la próxima semana, porque ese día no se publican periódicos, tradición que, por fortuna, todavía se practica.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios