Editorial

Protesta del PP y antídoto del PSOE

EL Partido Popular andaluz (PP-A) se echó ayer a la calle en Málaga arropado por los más fieles en una manifestación que demandó de los presidentes autonómico y del Estado, Chaves y Rodríguez Zapatero, medidas eficaces contra el desempleo. Es obvio que lo hizo porque ni uno ni otro, en su opinión, se han mostrado capaces hasta la fecha de aplicar remedios contundentes para generar empleo y frenar la ascensión del paro. Fue una concentración de un marcado cariz político, destinada a enfatizar ante los seguidores -de los que la Subdelegación del Gobierno contó 13.000 y la organización 50.000, en un claro uso partidista de la aritmética- el discurso del desgaste de Chaves al frente de la Junta de Andalucía. La grave situación económica sirvió, pues, a Arenas y los suyos para revestir una acción de choque contra el actual jefe del Gobierno autonómico. Está en su derecho. Y tan evidente resultó desde las vísperas y los prolegómenos, desde las fechas previas en las que el PP-A se volcó en la preparación de la marcha, que el adversario también cocinó para este domingo su antídoto. Hubo desembarco de ministros en Cádiz y Jaén, y otros altos cargos de la Administración central y de la Junta se repartieron el resto de la geografía. Chaves, obviamente, se reservó Sevilla. Y por enésima vez ambos partidos escenificaron su lejanía, a años luz de cualquier posibilidad de acuerdo. Pero poco arreglo -por no decir ninguno- tiene la crisis con esta clase de manifestaciones y su contraprogramación. Reflejarán el descontento de algunos, pero principalmente ilustran la fidelidad de los militantes que secundan con disciplina unas siglas. Sean 13.000 o 50.000. Pero nada más. Pues siendo la de Málaga una marcha en favor del empleo y contra el paro, no ha contado con el apoyo, ni siquiera testimonial, de los sindicatos. Aluden éstos a que el PSOE no recorta derechos a los trabajadores y que eso sí sería motivo para echarse a la calle. Sin embargo, aquí se equivocan también las centrales al ignorar que la situación actual está agostando un derecho fundamental como es el del trabajo. Tanta división hace aumentar cada vez más la parálisis de la sociedad.

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