Saben ustedes la que se estaría montando si al Real Madrid o al Barcelona le obligaran a jugar un partido con jugadores del filial o del juvenil, abocarles hacia una derrota segura, en virtud de un protocolo privado? La mundial. Pero, ¿y la que se liaría si encima se demostrara, días después de aquel partido, que quien obligó a jugarlo, se pasó de la raya, no tenía razón, y prohibió jugar a un equipo con sus mejores futbolistas cuando estos tenían test negativos? Si fueran los blancos o los azulgranas, la 'recontramundial', que quizás dijera el Pollo Vignolo. Pero no. Esto le ha pasado al Granada CF. La plantilla confinada desde hace diez días ha dado negativo otra vez, ha demostrado que podía jugar hace dos domingos en San Sebastián y, al menos, habrían peleado con más argumentos el partido. ¿Quién garantiza la igualdad de la competición si este caso se repitiera en otro equipo, incluido el propio Granada? ¿Y si fuera algún grande que se está jugando la Liga? ¿Javier Tebas actuaría igual? Já, já, já y más já. La injusticia se impone en este fútbol covídico, avaro y cuentochinesco.

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