Estos granadinos, convertidos en provincianos catetos, paradójicamente por mor de un motrileño del siglo XIX y de una comunidad autónoma del siglo XX, sin embargo no hemos perdido aún la virtud de leer. Y sepan por ello vuestras mercedes de Sevilla que, entre nuestras lecturas se encuentra la de la Constitución Española…

Y es que los granadinos, aunque provincianos paletos, tenemos el orgullo de sentirnos muy españoles… No en vano, el símbolo de nuestro Reino aparece en el escudo de la bandera de España. No obstante, tras 184 años de provincianismo y casi 40 de dejadez, abandono y desconexión territorial propiciada por la excelsa Villa y Corte de Sevilla, hemos dedicado unas cuantas horas a leer la Constitución de todos los españoles para corroborar, primero, que no hay que modificarla para dar a este territorio histórico olvidado lo que es de justicia, y, segundo, que su artículo 144a) nos permitiría ser una comunidad autónoma como Murcia, La Rioja, Cantabria o Asturias, con tan sólo una ley orgánica aprobada por las Cortes Generales por motivos de interés nacional.

Y, para el caso de que Almería o Jaén desearan unirse a su antiguo Reino, el artículo 143.1 permite a las provincias con entidad regional histórica acceder a su autogobierno y constituirse en comunidad autónoma, si lo deciden las diputaciones provinciales interesadas y 2/3 de los municipios cuya población represente la mayoría del censo electoral, esto es, el 51%.

Y es que ya no es sólo el no sentirse andaluz, sino la sensación de abandono y dejadez desde la metrópoli respecto a estos provincianos, hecho objetivo que llevamos padeciendo desde hace cuatro décadas. Metrópoli que tan poco nos ha dado a pesar de la generosidad granadina, que hemos perdido en su beneficio nuestra región militar, hemos compartido la Alhambra y Sierra Nevada con ellos, y hasta algunas Salas del TSJA, que es el segundo Tribunal de Justicia de España en orden de importancia, y que ahora quieren despiezar más aún.

Y ¿a cambio de qué? A cambio de nada. De infraestructuras decimonónicas, de hospitales desmantelados, de pobreza estructural y de una decadencia territorial inadmisible en pleno siglo XXI.

Por eso sepan vuestras mercedes de la capital que estos provincianos ya estamos cansados de que, tras siglos de esplendor y reconocimiento, nos hayan convertido en el vagón de cola de su Andalucía, la de la feria y la jarana, que nada tiene que ver con estos territorios de la Alta Andalucía.

Después de 40 años, los hechos cantan, y podemos pues hacer nuestro el lema de Sevilla: "NO&DO", esto es, "No me ha dejado", sí, desde luego, no nos habéis dejado…

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