Proyecto hombre

Hace años el mensaje de la calle evolucionó. El ciudadano distingue. No es suficiente un debate estéril que llene páginas

Despedí mi anterior columna solicitando quietud y altura de miras. No podemos hacer de todo un debate, una desilusión, un motivo de controversia, de desgaste, de ruptura. ¿Oposición? Por supuesto. No sólo legítima, sino necesaria. Pero hace años el mensaje de la calle evolucionó. El ciudadano distingue. No es suficiente un debate estéril que llena páginas de periódico. No es que no prestemos atención. Es que en discusiones artificiosas, como a la coca cola, se nos va el gas, y el ciudadano termina abominando esta forma de hacer política. Más cuando el momento social y económico es excesivamente delicado.

Este miércoles, cuando pensaba en ello, tocó organizar un nuevo encuentro de agrupaciones corales de Navidad. Palacio de Congresos (qué haríamos en Granada sin la permanente vocación de ayuda y colaboración de sus actuales concesionarios, agrupados y cohesionados en la figura de su director, Francisco Barranco), mil y pico asistentes, cuatrocientos niños y mayores con vocación de niño actuando en el escenario… todos celebrando, sí, el inicio de una Navidad más en medio de nuestras vidas, pero ante todo, una excusa para colaborar con una asociación de tanta importancia social como Proyecto Hombre.

Y ahí sí estuvieron: alcalde, delegados de la Junta de Educación y desarrollo sostenible, Cesar Díaz, Onofre Miralles y Beatriz…todos. Bueno, todos quienes a pesar de sus diferencias, son capaces de construir ilusión, de hacer ciudad de encuentro, de ser activos por unas horas olvidando ideologías en justa causa. Y ayer lo era. Proyecto Hombre lo es y somos muchos los que así sentimos el trabajo que a diario realiza Manolo Mingorance, médico y sacerdote, sanador de cuerpos y almas, ejemplo de cuantos nos acercamos a su legado.

Dice Proyecto Hombre que son el esfuerzo de muchas personas unidas con el fin de ayudar a quienes padecen problemas de adicción, así como a sus familias. Dice Proyecto Hombre que, desde 1984, acompañan a miles de personas en el tratamiento, rehabilitación y reinserción sociolaboral con el objetivo de recuperar sus vidas. Dice Proyecto Hombre que trabajan en la prevención y sensibilización, llegando a más de un millón de personas.

Ayer la sociedad granadina fue capaz de alinearse a su lado. Ayer fuimos capaces de hacer ciudad. Ayer, devolvimos la mirada de una Navidad donde nunca debimos apartarla. Y, aunque me arriesgue a un tirón de orejas de mi directora, (estamos casi en Navidad, Lola), desde Concapa Granada nos sentimos especialmente orgullosos, por unas horas, de haber tirado de ese carro. Buena y bonita imagen de una Navidad solidaria. Ahora sí, feliz Navidad.

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