Era más que previsible el éxito de la jornada de lucha por la igualdad de la mujer; han sido masivas las manifestaciones del día de la mujer al tiempo que hemos asistido a un amplísimo seguimiento de la huelga en favor del objetivo de la igualdad entre mujeres y hombres.

Ha quedado claro que la inmensa mayoría de la sociedad dice ¡basta ya! ante la desigualdad salarial, la discriminación o la violencia machista y ha quedado claro que esta es una posición firme entre las mujeres y entre muchos hombres sean de la clase social o de la edad que sean.

Por eso, llama la atención el enorme error de cálculo del Gobierno y del Partido Popular que no han sabido entender a la sociedad y han ido posicionándose a trompicones tanto en los días previos al 8 de marzo, como durante la misma jornada del jueves pasado.

Han interpretado la convocatoria de huelga y de manifestaciones como una movilización política cuando era y ha sido una convocatoria que respondía a un clamor social en contra de la discriminación sobre las mujeres.

El problema no radica solamente en la dificultad que tiene este Gobierno y la fuerza política que le apoya para entender la imprescindible necesidad de actuar de manera constante contra las desigualdades y las injusticias. Es que, además de eso, parece evidente que estamos ante un Gobierno y un partido con una gran incapacidad para entender la realidad social sobre la que tienen la obligación de intervenir para solventar los problemas de la gente.

La práctica congelación de las pensiones que mantiene en pie de guerra a los pensionistas, el incumplimiento de las medidas urgentes derivadas del pacto frente a la violencia de género o la inacción ante la brecha salarial entre hombres y mujeres son algunos de los ejemplos que se pueden citar.

Desgraciadamente cabe pensar que ésta puede ser una legislatura perdida a tenor de las graves dificultades que Mariano Rajoy está demostrando para entender la realidad y actuar sobre ella con medidas realmente eficaces y reformas legales consensuadas. Al tiempo.