Rosa de los vientos

Pilar Bensusan

bensusan@ugr.es

De Rappel a Raphael

¿Por qué una alicantina es candidata de Vox por Granada, una vallisoletana por el PP y una malagueña rige la Alhambra?

Ahora que el cordobés Luis Salvador nos ha remitido a Rappel para que nos ilustre sobre si él va a ser el primer alcalde de Granada que pase por tres partidos, PSOE, Cs y PP, o si por el contrario el PP le va a ofrecer un cargo a medida, creo que, más que preguntarle al famoso vidente de la túnica de lentejuelas por el chaquetero futuro de cualquier político de Cs, que, desesperados tras el desastre Arrimadas, huyen del barco a cualquier sillón, los granadinos deberíamos preguntarle a tal adivino ¿por qué quienes dicen representarnos -pagados con nuestro dinero- sólo se representan a ellos mismos, pese a las cosas tan graves para Granada que están sucediendo?

¿Por qué el gerundense Fran Hervías, candidato estrella de Cs al Congreso por Granada, fue representante por nuestra tierra? ¿Por qué el PP aceptó un pacto inconcebible para Granada con ese señor por un 2 + 2 o un 4 -nunca se sabrá- cediéndoles la alcaldía a cambio de otras plazas más golosas? ¿Por qué una alicantina es la candidata de Vox por Granada, una vallisoletana por el PP y una malagueña rige la Alhambra?

Yendo por delante mi afecto a esas nobles ciudades y a sus oriundos, me gustaría que Rappel nos dijese a los granadinos ¿por qué los partidos nunca confían en ningún granadino como baluarte destacado de sus formaciones? Sin ministros, sin consejeros en la Junta, sin políticos que defiendan de verdad a nuestra tierra porque ninguno de los que dicen representarla la sienten como suya, ¿cómo va a progresar Granada?

Ya está bien de juegos de ajedrez para que unos se coloquen y otros se recoloquen en el tablero estatal, autonómico o local, da igual el casillero que ocupen, sólo quieren seguir en la partida, la ambición manda. Granada se merece una nueva política con representantes que sientan nuestra tierra y que la defiendan por encima de sillones y casillas, y esa nueva política sólo puede provenir de la propia sociedad civil granadina.

Basta ya de cambalaches, Granada es lo primero y cada día urge más luchar con lealtad por nuestra tierra y por los intereses de sus habitantes. Y el interés prioritario, si es que queremos lograr el resto, vendrá con el Granadexit, para salir de esta Andalucía colonizadora, en la que nunca se nos debió incluir.

El gran sabio Rappel -según Salvador- sabrá cuánto nos queda por padecer este desgobierno local, y el ninguneo y la postergación de la Junta con Granada. Pero no se equivoquen, no se lo pregunten a linarense Raphael, que ni idea tiene del himno de Blas Infante, y ni falta que le hace…, ni a él ni a los granadinos.

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