La esquina

josé / aguilar

Rebelión de catetos en el PP

NO lo tomen como algo peyorativo. Me refiero a las discrepancias abiertas manifestadas por varios barones territoriales del Partido Popular con la política del Gobierno, aprovechando ese hábito desterrable de los mensajes de fin de año que para ellos marca un momento álgido de sus virreinatos y que interesan cada vez menos a sus conciudadanos.

En la política española se han producido numerosas rebeliones de catetos entendidas, ya digo, sin desprecio, sólo para designar vulgarmente operaciones, coordinadas o no, en las que dirigentes de la periferia se enfrentan a los núcleos centrales de poder institucional o partidista. Recuerden la rebelión de los catetos del PSOE de Granada contra la ejecutiva socialista andaluza o la insumisión del socialismo andaluz frente al PSOE federal en los tiempos de Escuredo o Borbolla. Normalmente acaban mal. Para los catetos rebelados, se entiende.

Yo creo que con ésta del PP pasará lo mismo. Entre otras cosas, porque el PP es un partido nítida y férreamente centralista, en el que las decisiones fundamentales se toman desde la cúspide nacional (incluyendo la propia selección de los líderes territoriales: piensen en la situación del PP andaluz, cuya dirección pende de la sola voluntad de Mariano Rajoy; tanto que el moroso talante de éste perjudica seriamente los intereses más elementales del partido en Andalucía).

Y, sin embargo, los catetos populares tienen razones para rebelarse. Unos han puesto el énfasis en la innecesaria revisión de la ley del aborto, que escora el PP a la derecha, otros se quejan del sistema de financiación autonómica que les perjudica y no termina de renegociarse como es obligado, y los de más allá discrepan de tanta subida de impuestos o de la complacencia con la corrupción. Pero todos se pronuncian por un móvil que no explicitan: en 2015 habrá elecciones autonómicas, para las que algunos ni siquieran tienen la seguridad de ser los candidatos y sobre las que todos ellos están seguros de que necesitan despegarse de un Gobierno central que se ha quemado en muchos frentes y que está por ver si sale triunfante del desafío de la crisis.

Necesitan marcar territorio, distinguirse del PP nacional y ponerse al frente de las reivindicaciones de esos votantes a los que castigan con sus mensajes virreinales de fin de año. Pero no romperán la baraja.

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