Mirada alrededor

Juan José Ruiz Molinero

jjruizmolinero@gmail.com

Rebelión en la granja

La gente está indignada con la clase política, con sus cambalaches y engaños para conducir un dócil rebaño

A muchos españolitos -permítanme que utilice frecuentemente la definición machadiana- no nos importa demasiado si la próxima semana tendremos gobierno de coalición, de colaboración o de lo que quieran o si, finalmente, los intereses personales hacen que a la vuelta de las vacaciones tengan que ir a votar, los que queden del dócil rebaño, convencidos que los problemas del país se resuelven a base de papeletas en un grotesco teatrillo 'democrático' que se repite hasta que satisfaga a los que aspiran a gobernarnos. Nos toman por tontos y que creo que lo somos cuando asistimos impávidos a esos repartos de sillones, sueldos, canonjías, corrupciones -de ahí la utilización del título de George Orwell- y a esas peleas de gallinero putrefacto en que se ha convertido la política española. Todavía hasta en insignificantes ayuntamientos y comunidades no se han puesto de acuerdo los elegidos. En algunos lugares gobierna el que sólo ha obtenido un representante (en Granada, al menos, el grupo del alcalde está formado por cuatro concejales, la cuarta parte del Consistorio), así que afortunado los que lo votaron al que ha sido elegido el sólo porque han conseguido elevarlo al poder. Pero y el resto de los votantes ¿qué papel han hecho?

Este miércoles, Pedrín -repito el cariñoso diminutivo porque me recuerda a los entrañables héroes de los viejos tebeos infantiles- se somete al pleno de investidura. Podemos quiere ministerios -la verdad es que para un pueblo como el nuestro Iglesias sería un excelente vicepresidente-, los vascos quieren más o más, los independentistas catalanes, si hacen falta, ya le entregaron la lista de la compra al complaciente Sánchez, el representante cántabro pide un trenecito, como los demás tenemos ahora. En el lado de las derechas, más o menos constitucionales -Vox es el pasado resucitado al extremo-, el dubitativo Rivera, todavía no repuesto de su cólico, se entretiene jugando con sus madejas naranja para tejer cordones sanitarios, mientras Casado recuerda el 'No es no' del inquilino en funciones de la Moncloa a Rajoy que sería el colmo que se le echara en falta, cuando tantos hemos arremetido contra sus recortes sociales y laborales.

¿Con quién gobernará don Pedro, si es que lo hace, y en qué condiciones? Como somos tontos de solemnidad no se molestará demasiado en explicarlo. Pero no sé si él y el resto de los políticos que forman la farsa hispana se estarán dando cuenta de que los españolitos estamos hasta las narices de nuestra clase política y hay síntomas de rebelión en la granja. La gente está más interesada en sus vacaciones que en las peleas por el poder. Yo mismo voy a bajarme de la columna una temporada para unirme a esa rebelión granjera. ¡Feliz verano, españolitos del alma!

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