Están finalizando los trabajos que la Comisión Parlamentaria para la Reconstrucción Social y Económica ha desarrollado a lo largo de las últimas semanas y en la que he tenido el honor de participar como experto al ser propuesto por los Grupos Parlamentarios en el Congreso de los Diputados.

Al parecer, todo apunta a que no se producirá el consenso deseable en ninguna de las diferentes áreas de trabajo en las que la Comisión ha desarrollado sus trabajos: Unión Europea, Sanidad y Salud Pública, Políticas Sociales y Sistema de Cuidados y Reactivación Económica. Áreas todas ellas de enorme importancia para nuestro futuro como país.

Si no hay consenso será una mala noticia que cobra más dimensión al contraponer esa falta de acuerdo político con los grandes e importantes acuerdos que Gobierno, empresarios y sindicatos nos vienen presentando una semana sí y otra también.

Es probable que las razones para el desacuerdo se deban a los diferentes enfoques ideológicos que la izquierda y la derecha tienen en los asuntos sobre los que se ha trabajado. Pero yo creo que las diferencias ideológicas en momentos tan graves como estos no justifican no acordar. Sobre todo, con el precedente de los Pactos de la Moncloa de 1977 donde hubo generosidad general en momentos más complicados aún.

En mi opinión, en estas situaciones todos deben ser generosos, pero más aún quienes están en la oposición. Es la única forma de arrimar el hombro para que quien gobierna pueda intentar superar las dificultades, aún desde la discrepancia; es lo que se hizo entonces con el Gobierno de UCD presidido por Adolfo Suárez.

Pero aún así, queda la posibilidad de acercar posturas hasta la semana del 20 de julio en la que se celebrará el pleno que votará de manera definitiva las conclusiones. Y creo que es importante seguir haciendo un esfuerzo para llegar a acuerdos que deberían dibujar la España del futuro que pueda representar en los aspectos básicos a toda la ciudadanía.

Más aún cuando aspiramos a recibir una ayuda de 170.000 millones por parte de la Unión Europea que, seguro, recibiría aliviada un consenso general para nuestro futuro. Porque eso ayudaría a generar aún más confianza en tiempos tan complicados como estos. Ojalá podamos ver ese acuerdo hecho realidad. Están obligados a ello.