Rectángulo: figura que en geometría plana se define como un paralelogramo cuyos cuatro lados forman ángulos rectos y sus lados opuestos tienen igual longitud. El rectángulo está de moda gracias al mundial de fútbol. Es la figura que dibujan en el aire todos los jugadores cuando quieren que el árbitro rectifique una decisión. Ese rectángulo imaginario es el gesto que veremos repetir a todos los aficionados cuando la tecnología del vídeo arbitraje se instale en las ligas europeas. Temo que los niños terminarán definiendo al rectángulo como el paralelogramo del árbitro.

Ahora que tenemos fútbol hasta en la sopa, y de todos los países, vemos muchos tipos de gestos que son universales. El 'piscinazo', el codazo, el salivazo en todas direcciones, el "me ha matado aunque ni siquiera me rozó", etc. Puede que con eso del vídeo arbitraje a los jugadores les entre algo de vergüenza propia y ajena y dejen de fingir tanto como lo hacen. Albergo esperanzas en la tecnología.

Hay otros gestos en el fútbol que no dejan de sorprenderme. Porteros de rodillas y con los brazos en cruz antes del inicio de un encuentro; delanteros que al marcar un gol miran hacia arriba o señalan con el dedo al firmamento y seguro que se están acordando de algún familiar al que sitúan en el firmamento, supongo. En las sustituciones muchos jugadores se persignan varias veces o después de marcar un gol o antes de realizar un lanzamiento importante.

Todo son gestos de creencias y expresiones de un fondo cultural que los impregna y que afloran en esos momentos de tensión inicial o en el éxtasis, casi místico, con que se celebra el gol. Reconozcamos la gran riqueza de gestos que nos ofrece el fútbol, incluidas múltiples supersticiones.

Pero hay otros gestos ligados al fútbol que, si no rectangulares, podríamos denominar que son de geometría no euclídea. Citemos varios ejemplos. Me refiero a que un país se paralice ante un partido o que entre en depresión si su selección pierde un encuentro. Citemos la poca importancia que le damos al hecho, repetido múltiples veces, de que algunas de las estrellas del gol defrauden al fisco y se beneficien de acuerdos con hacienda que el resto de los mortales que pagamos no tendremos nunca. Tampoco parece importar que esas estrellas, tan bien pagadas, se lleven un extra millonario por ganar un campeonato. Ya sabemos que en la lógica del fútbol lo importante es el resultado, los goles; aunque sean y nos los metamos en propia meta. Vale.

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