Regenerados degenerados

Yo elegía alcalde y el alcalde me lo han elegido, o todavía están en ello, fuera de mi ciudad

Decían que iba a regenerar la política. Llevaban la bandera naranja, yo diría color butano, de la moderación, del liberalismo o de lo que hiciera falta para quedarse con la llamada derecha moderada o el centro derecho y hasta con el centro izquierda si fuera necesario. Y la regeneración no ha sido otra cosa que utilizar los mismos ardides, trucos y encomiendas que les diera el poder, algo de poder; el que fuera, lo que fuera y casi por lo que fuera. ¿Me explican que en Granada los naranja-butano hagan alcalde a unos y en Jaén a los otros?

Me lo explico por el peso, casi nulo, que tienen esas ciudades hermanadas en ese colosal chiste que es el aeropuerto Federico García Lorca Granada-Jaén. Somos cromos de poco valor en el tablero de "regeneración" que los naranja-butano han montado entre Sevilla y Madrid, con conexión fallida en París.

Decían que iban a acabar con la "casta". Y a las primeras de cambio organizaron una rueda de prensa para decir que ellos tenían que estar en la Moncloa, que la izquierda era ellos. Todo el poder para los "soviets". Luego en la ola triunfal se compraron un chalet y fueron cortando cabezas de todos los disidentes. Nunca agradeceré más la lección de Marx: la historia se repite como farsa.

Visto que la izquierda sigue siendo socialista, ya no piden la Moncloa, pero si un poquito de poder, algún ministerio. ¡"Darme algo", por Dios o por la momia de Lenin! Y con esas se han quedado sin alcaldes hasta en Córdoba. Pobre Julio Anguita, pobre Izquierda Unida, pobre PCE (que les aclaro son las siglas del Partido Comunista de España, por si en septiembre cae en la Selectividad algo de la Transición política). Los que iban a eliminar la "casta" no tiene más sueño que ser ellos mismos la casta.

Con tal degeneración de los que iban a regenerar la política española, no es degeneración es más de lo mismo, yo me pregunto para qué vote en las municipales. Yo elegía alcalde y el alcalde me lo han elegido, o todavía están en ello, fuera de mi ciudad. Ni de los colores puede uno fiarse. Ahora el verde no es el de los ecologistas sino de la llamada "ultraderecha" que para mí que eran azules, muy azules. ¿O será que se ha producido un corrimiento hacia el infrarrojo? Esto es una degeneración no de colores, sino de vergüenza. Vale.

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