Un reloj averiado da dos veces la hora correcta al día, así que imagínese un reloj pintado en una pared. Con este reloj nunca llegará tarde porque siempre marcará la hora que usted decida y además se ahorra el engorro de atrasarlo o adelantarlo dos veces al año. Un reloj pintado en la pared son todo ventajas, el único problema es que no puede llevarlo encima como uno de pulsera, o al menos no sin hacerse una hernia.
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