Hay verdadero interés entre algunos colectivos locales en recordar y rendir homenaje a los protagonistas de la Batalla de Lepanto, cuando se cumplen 450 años de aquel episodio histórico ocurrido en el Golfo de Corinto, junto al puerto del actual municipio de Naupacto, de apenas 30.000 habitantes en nuestros días. Es una de las grandes batallas de la historia y del presente libradas en lugares recónditos pero necesarias para mantener o conquistar enormes intereses económicos, siempre en nombre de conceptos elevados como la patria, la cristiandad, el honor, o más recientemente, la libertad o la democracia.

Aquella flota que Don Juan de Austria lideró y con la que venció al amenazante Imperio Otomano, fue fruto de un pacto con los Estados Pontificios y diversas ciudades estado europeas cuyos intereses comerciales se habían visto seriamente comprometidos. Como los banqueros venecianos, que durante siglos fundamentaron su prosperidad en el establecimiento de puertos y bases en el Egeo y el Mediterráneo oriental, sin que el infiel fuera un problema que no se podía solucionar con generosos regalos. Pero los turcos se vinieron arriba e hizo falta tirar de las armas y la religión para defender los intereses. ¿A que nos suena menos lejano?

Se recuerda estos días en Granada el nombre de aquellos héroes de los Tercios españoles como Álvaro de Bazán o Lope de Figueroa, reclutador de hombres que se habían fogueado con los moriscos en las Alpujarras. Relevante también fue la divina intervención de la Virgen del Rosario, embarcada en la batalla para garantizar la victoria. Si de todo esto sale en este otoño una programación cultural en Granada que aporte vida y atracciones a la ciudad y a la provincia, un reclamo turístico para la nueva temporada alta o, en el mejor de los casos, alguna inversión que quede para el futuro, la conmemoración habrá valido la pena. Como hace 450 años, la prosperidad bien lo merece.

Se quejaban los organizadores estos días de la falta de recursos para hacer cosas importantes. Si esperan algo de las instituciones tienen que tener en cuenta que con el inicio de curso político llega su propia guerra. Esta semana cada partido ha tomado claras posiciones. El capitán de los populares en la provincia ha sacado a los suyos del KO de julio y los ha puesto a recuperar el gobierno de Granada que ellos mismos dejaron caer. Espadas ya tiene a sus munícipes socialistas a la conquista de San Telmo con los arcabuces apuntando al mismo sitio y al mismo tiempo. Y Marín en esta provincia tiene su particular Renew (la cuenta de Twitter que pide renovación). El líder de Cs vino esta semana a poner en orden su viejo Tercio, aquel con el que conquistó el Reino de Granada, pero no hace más que echar leña al fuego en su batalla con aquel conquistador al que pidió ceder a las imposiciones de sus coaligados.