NO deja de ser chocante que la flamante A-44 que une Granada con la Costa haya sufrido corrimientos en varios puntos kilométricos que han obligado al Ministerio de Fomento a colocar muros de contención. Los muchos años empleados en el desdoblamiento de la autovía a Motril, y los muchos millones invertidos en el complejo trazado, parecían de antemano una garantía. Sin embargo no ha sido así y al margen de cuál sea la causa de los desprendimientos el verdadero problema se ha planteado cuando los automovilistas encontraron de nuevo, como si fuera una pesadilla, con carriles cortados o delimitados por conos. Partiendo de la base de que lo importante es reparar cuanto antes la carretera, el Gobierno tiene la obligación de facilitar la circulación, sobre todo durante los fines de semana, cuando se produce el éxodo a la playa de todos conocido. Las medidas anunciadas ayer, que incluyen la reapertura provisional del segundo carril, tienden a garantizar los desplazamientos para evitar que se produzcan los atascos.

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