Hemos pasado de ir a comprar al chino de la esquina o de pedir productos desde multinacionales asiáticas por su precio más bajo, a temer todo lo que suena mínimante a oriental. Como en una mala resaca, de esas que después de abusar del alcohol nos levantamos jurando no volver a probarlo, en España se está extendiendo cierto recelo hacia los países asiáticos, todo por un virus que, de acuerdo a las cifras de la OMS, ni siquiera ha matado a un 1% de la población fuera de China. Esperemos que, como muchas de esas promesa posresaca, pronto la incumplamos y volvamos a convivir todos en paz ... y salud.

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