PARECE descabellado que, en el año 2016, todavía haya que seguir luchando porque en los puestos laborales se cumplan, al menos, las normas de seguridad para no poner en peligro la salud de los trabajadores. Tras el fallecimiento de un obrero en el Nevada se han encendido las alarmas, pues habían sido varias las denuncias anteriores de que se estaba infringiendo el convenio. Es lamentable que tenga que darse la muerte de un trabajador para que se vuelva a hablar de la obligación de respetar a las personas. Toca depurar responsabilidades.

EL cuento del botellódromo tiene que acabarse. Es lo que desean los vecinos afectados y lo que ha prometido el PP. Por lo pronto, el Ayuntamiento intentará controlar que no haya macrobotellón primaveral. Pero, ¿conseguirá que no se propague la 'llama' del alcohol por toda la ciudad? El tiempo lo dirá.