Mirada alrededor

Juan José Ruiz Molinero

jjruizmolinero@gmail.com

Robos legales

Granada es el ejemplo de un constante expolio histórico que ha minimizado su peso en el conjunto nacional

Los que venimos denunciando, hace décadas, la pérdida de peso de Granada en el panorama nacional y regional, no nos extrañan los robos legales que sufre, no sólo con la pasividad de las instituciones, sino con la complicidad de las mismas, muchas veces amparadas con la tradicional apatía de una sociedad acostumbrada a esas circunstancias reductoras y sobre la base de la mayor eficacia y eficiencia del funcionamiento del Estado, nacional o regional. El último ejemplo es la proyectada reducción del peso en el panorama jurídico que se le había reservado a Granada, como 'compensación' al feroz centralismo sevillano que ha superado, incluso, al denostado de Madrid, que se esgrimía en el momento de la euforia del Estado de las Autonomías, con el 'viaje' a Sevilla y Málaga de las nuevas secciones de lo penal. Granada, pues, dejaría de ser capital andaluza de la Justicia, como se redujo su distrito universitario, dentro de la llamada Andalucía Oriental, término que tanto molestó a los que empezaron a dirigir, con tan deshonesta desigualdad, los destinos regionales.

Se ha celebrado el 25 aniversario de la llegada del AVE a Andalucía, mientras Granada consumaba 'dos años y un día', -así titulé la mirada del pasado día 8- de desconexión ferroviaria. Tantas veces me he referido a las diferencias reales de poder que existía en el Reino de Granada, con la actualidad de una provincia deprimida, 'apolillada', en la que tanto se ha perdido y tan poco se ha hecho, que hemos considerado como un hecho histórico que, cuando las órdenes emanadas de la administración sevillana que lidera doña Susana, con el apoyo de Ciudadanos, sobre la fusión hospitalaria, la movilización colectiva ciudadana, comandada por el doctor Candel y otros profesionales, obligó a la presidenta a dar marcha atrás.

Es grave que sean necesarias manifestaciones colectivas para que no nos roben, legal y políticamente, cosas que ya había, como los servicios sanitarios, las conexiones ferroviarias o la capitalidad andaluza de la Justicia, ya que lo de capitalidad cultural está demasiado lejana y, la verdad, es que ciudades más ambiciosas, como la admirable Málaga, han enriquecido su panorama en este y en tantos otros aspectos. Granada es el ejemplo de un constante expolio histórico que ha minimizado su peso en el conjunto nacional, hasta un lugar irrelevante.

Los que no somos partidarios de fragmentaciones -aunque hemos luchado contra los centralismos- no vamos a reivindicar, como hacen los independentistas catalanes, el Reino de Granada, pero sí exigir un reparto más equitativo y justo de los órganos de poder y de ser más justos con la historia y el peso que han tenido las ciudades y las provincias en la historia de España y Andalucía.

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