Gafas de cerca

Tacho Rufino

jirufino@grupojoly.com

El Rubius lo hace porque puede

Sacúdase la fachada, y reconozca que, de poder, usted también se hacía andorrano

Los códigos jurídicos son mandamientos religiosos evolucionados. Las leyes sirven para contener los comportamientos inconvenientes para el buen funcionamiento y la paz en una sociedad o territorio, y también para obligar a quien gana dinero o lo gasta a pasar por la caja pública, Hacienda, y contribuir a la causa común en proporción a la riqueza que obtiene en un país. Las personas también funcionamos con estímulos y no sólo con castigos, hasta tal punto que el incentivo es un motor esencial de la economía. Al olor del incentivo -el de evitarse impuestos-, arriba en las montañas tiene nuestro país un nido donde un influencer llamado El Rubius se va a hacer su casita de papel. ¿Por qué se pira El Rufus a Andorra y establece allí su residencia y. paga -poco- allí sus impuestos? Porque puede, igual que los perros se lamen sus cositas. Como los Pujol llenaban sus coches negros de bolsas de basura rebosantes de billetes obtenidos de mangazos gubernativos de papá. A Andorra la Vieja, que, oh misterio, allí aceptan euros.

Sucede que mientras que el youtuber malagueño se levanta sus cinco millones al año de forma inaudita -para mí, que no consumo predicadores de internet-, pero legal, la corrupción de el 3% lleva sus dineros allí porque en el principado no sólo te los custodian de cine, sino que te los ponen superlimpios con la ayuda de algún despacho que hay en la puerta de al lado. Francamente: si uno puede hacer una cosa de forma completamente egoísta pero sin matar a nadie y sin riesgo de vivir en un módulo del talego, y ahorrándose un par de millones al año en impuestos, lo hará. Ha sido sonrojante asistir a la lapidación de Messi por ganar lo que le paga quien legalmente lo desea. "¡Por darle patadas a una pelotita!, "¡que pague el 80%!". Los fariseos de la causa fiscal -la de otros- suelen ser, llegado el caso, defraudadores de menor monta, y hasta empleadores nada solidarios. Ay, la solidaridad.

Los desagües fiscales están por todos lados: cada país de cierta dimensión tiene el suyo. Italia tiene San Marino, y comparte con Francia Mónaco; Alemania, Liechtenstein, también entre idílicas cumbres, el Reino Unido tiene islas de lavar y guardar en el Canal de la Mancha, más otras. Y España, Andorra. Los vecinos de El Rubius dicen que viven y cotizan -poco- allí porque les sale muy barato ser ricos... allí, y no aquí. Porque pueden, o sea. ¿Qué haría usted? ¿Una socimi, un porte nocturno de bolsas de fajos, o pagaría todo lo que le tocara y más? Se puede, ergo se hace. No tome esto por cinismo. Sobre todo no es hipocresía.

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