La ciudad y los días

Carlos Colón

ccolon@grupojoly.com

Sánchez como Corto Caballero

Corto Caballero, porque para Largo no da, Sánchez está liquidando lo que queda del Congreso de 1979

Ni Rembrandt, desde su primer autorretrato de 1626 hasta el último de 1665, se autorretrató mejor que Sánchez el martes. "Es cierto que somos dos fuerzas políticas distintas, pero también es cierto que nos unen más cosas de las que nos separan", dijo refiriéndose a Unidas Podemos. Al PSOE y a Podemos, a la socialdemocracia y al populismo de extrema izquierda, les unen más cosas de las que le separan. Sánchez como un Corto Caballero -porque para Largo no da- dispuesto a liquidar lo que queda del PSOE del congreso extraordinario de septiembre de 1979.

Se acabó lo de jugar poli bueno y poli malo, izquierda socialdemócrata e izquierda radical-populista, quienes condenan la violencia callejera y quienes la alientan, quienes respetan el actual orden constitucional y quienes pretenden liquidarlo, quienes actúan contra el enaltecimiento del terrorismo y quienes lo consideran libertad de expresión, quienes condenan a los golpistas independentistas y quienes los defienden, quienes afirman que "no hay una situación de plena normalidad democrática y política en España" y quienes dicen que nuestra democracia es "de las mayor calidad en el mundo".

Ese mismo martes 23 de febrero, curioso día escogió Sánchez para autorretratarse, su vicepresidente Iglesias, ese al que le unen más cosas de las que les separan, afirmó que hay que reconocer que existe un "debate social" en España entre monarquía y república y "muchos ciudadanos a los que les llama la atención que en este país se pueda ir a la cárcel por un tuit mientras el anterior jefe del Estado está huido en los Emiratos Árabes". Es tan mentira que exista dicho debate social como que el Rey emérito esté huido. Pero la mentira y la manipulación son dos de esas cosas que unen a Sánchez e Iglesias.

También ese día ERC, Bildu -apoyos de Sánchez- y otros comparecieron para afirmar que mientras el Estado español "siga sustentado en los mismos estamentos políticos, judiciales, policiales y monárquicos que hace 40 años, mientras no se reconozca el derecho a la autodeterminación y continúe habiendo presas y presos políticos, personas exiliadas y represión, ni existirá normalidad democrática ni este Estado podrá ser considerado una democracia plena". Y calificaron la violencia callejera como "descontento social, protesta y hartazgo frente a estas taras democráticas que el Estado español lleva décadas arrastrando". Bien vamos.

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