Sesenta y tres días y noches

La agenda del nuevo equipo de gobierno da para llenar muchas páginas. Viniendo de donde venimos, da casi vértigo

El pasado 7 de julio fue elegido alcalde de Granada Paco Cuenca, cabeza de lista del grupo socialista. Del proceso para llegar ahí, mejor no hablar: convirtió a nuestra ciudad en sede del más rancio esperpento. Ese día se impuso la sensatez.

Han pasado sesenta y tres días, apenas dos meses. Entre ellos, agosto, ese mes que en nuestro país se considera inhábil casi a todos los efectos. El balance de esos días en la plaza del Carmen es poco menos que frenético: impulso decidido al área de Servicios Sociales, planes de limpieza, puesta en marcha de planificación urbanística, remodelación de áreas municipales, pago de facturas pendientes, mesas de diálogo con otras fuerzas políticas, encuentros con entidades y asociaciones... la lista o agenda del nuevo equipo de gobierno da para llenar muchas páginas. Viniendo de donde venimos, da casi vértigo.

Pero era absolutamente necesario que, en la difícil situación en la que se encuentra la ciudad, su Ayuntamiento despertara del letargo y se pusiera a trabajar para construir el futuro que Granada se merece.

Una vez más, la realidad nos pone frente a uno de esos tópicos con los que se construyen relatos y se manipulan opiniones: la derecha, da igual las siglas bajo las que aparezca, no es mejor gestora, tampoco cumple con mas rigor sus compromisos, ni siquiera es más monolítica a la hora de dirimir sus discrepancias. Puede que sea cierto que el PP de nuestra provincia es especialmente sui géneris y que nos hayan tocado algunos de los episodios vergonzosos de sus actuaciones. Pero hubo otros antes, en un pasado reciente, que sacaron a un alcalde esposado por la puerta del Ayuntamiento. Y aún antes hubo otros. Es bueno tener memoria. O hemeroteca.

La política municipal es, probablemente, la que representa de forma más verídica lo que la democracia debe representar: la gestión que realiza la institución se percibe de forma inmediata por quienes han votado. Y la interlocución entre quienes votan y quienes les representan es casi directa. A pesar de los muchos medios con los que ahora contamos para reinventar la realidad, en el ámbito municipal esos medios difícilmente pueden ocultar los hechos.

Queda apenas año y medio para la próxima convocatoria de elecciones municipales. De mantener este ritmo de trabajo, el grupo municipal socialista conseguirá, en ese breve tiempo, esbozar el modelo de ciudad que apuntaba en su programa electoral. Precisamente el que fue el más votado. Lo estamos necesitando.

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