Los nuevos tiempos

César De Requesens

crequesens@gmail.com

Shakira o el rencor

Shakira hace caja, Piqué queda retratado, hay salseo invernal y Spotify se frota las manos con las descargas

Mi amiga Lorena que siempre está al tanto de la actualidad más actual me pasó el video con la canción de Shakira. Sin más datos que esta chica mona cantando regular pues me pareció eso, una especie de rap con voz nasal y muchos arreglos de estudio. Una letra elemental-básica- autoterapéutica que como mucho sirve para bailarla. Una canción absolutamente prescindible incluso si sigues a una estrella inteligente y culta que, sin embargo, sabe que el negocio suyo es básico-elemental para consumo de la masa-masificada.

Me mostró mi amiga el número de reproducciones (cincuenta millones en sólo un dia) y ya sí que me quedó claro que mis opiniones sobre la calidad musical o de la potencia expresiva de una letra poco importan. Incluso entendí que podrían ser inversamente proporcionales. Y así era. Porque, según fui luego comprendiendo, lo de menos en este asunto es lo que se diga o cante (la canción u obra artistica) cuanto el quién y el cuándo se lanza. Y además, en este particular, el contra quién. Entendí con pasmo de cultureta talludito que el rencor de pareja despechada nada o poco sublimado por una labor artística es la mejor carnaza para las masas, más aún si es femenina como lo es hoy en abundancia.

Cambio así el caudal de información de lo artístico a lo folletinesco y ya si que me cuadró todo. Shakira, esforzada cantante salida del arrollo, se vino a 'arrejuntar' y tenerle los hijos con la pata quebrada en casa al futbolista Piqué del Barça. Y en pago a sus renuncias de estrella el sujeto se la pega con una jovencita llamada Clara que bien claro que se dice en la canción para que Piqué se pique a las claras. Un ajuste de cuentas rencoroso vestido de empoderamiento de la madre que vuelve a tener que ganarse el pan para sus hijos.

Tanta humanidad sin virtud alguna tiene que triunfar en el circo máximo de las redes. El despecho arrasa siempre. Desde Roma hasta el post-feminismo embrollado este que sufrimos ahora.

Y todos tan contentos. Shakira hace caja; Piqué queda retratado a las claras; tenemos salseo invernal; y Spotify se frota las manos con las descargas.

Obviamente, el análisis artistico-literario de la canción estaba fuera de lugar. No aprendo, no. Tengo que leer más el Hola y dejarme de jazz, swing y esas tontas y caducas zarandajas.

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