Solidaridad y asilo

Muy probablemente se va a producir una situación de persecución, juicios sumarísimos y asesinatos

Afganistán se nos ha colado en la actualidad informativa y en el listado de nuestras preocupaciones colectivas. Llevamos unos días con el alma encogida viendo imágenes de la desesperada situación de la población de ese país e imaginando e intuyendo que lo que no vemos puede ser, aún, peor.

Mientras tanto, asistimos a una enorme operación de solidaridad internacional para rescatar y dar asilo al mayor número de personas posible, porque somos conscientes de que se avecina un periodo terrorífico en el que muy probablemente se va a producir una situación de persecución, juicios sumarísimos y asesinatos de miles de personas, además de un periodo de pobreza y miseria.

Se avecina una verdadera catástrofe humanitaria que será una enorme tragedia y la expresión dolorosa de un estrepitoso fracaso de occidente. En especial, un fracaso de Estados Unidos.

Es por eso que merece la pena destacar la modélica respuesta de las autoridades gubernamentales de nuestro país, de nuestras fuerzas armadas y cuerpos de seguridad, de los funcionarios que han actuado en la repatriación y acogida, de nuestras ONGs y cooperantes, así como del conjunto de la sociedad española.

Es tiempo ahora de solidaridad y asilo. Tiempo de minimizar todo lo posible tanto dolor y sufrimiento. Es tiempo de construir y poner en marcha una respuesta ejemplar desde la Unión Europea que debe incorporar al máximo los valores de solidaridad que caracterizan mayoritariamente a nuestras sociedades, que comprenden y apoyan esa acogida.

Pero no hay que olvidar que merecerá la pena esforzarse en articular una respuesta internacional que acierte en abordar de una manera adecuada las futuras relaciones con aquella parte del mundo, siendo capaces de entender los factores estructurales y culturales que condicionan aquella realidad política. Y es que solo así se podrán sentar las bases de un mundo diferente. El que tenemos ahora ante nosotros, es un mundo que ha fracasado en muchos de sus objetivos de convivencia, paz, democracia y bienestar.

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