El 8 de marzo va a ser otro puñetazo en la mesa. Las mujeres y los hombres tomarán de nuevo las calles para demostrar que las movilizaciones del año pasado no fueron un espejismo y que, desgraciadamente, las reivindicaciones siguen siendo las mismas. La brecha salarial es uno de los asuntos más perentorios, pero este 8-M viene además con más connotaciones después de que en los últimos meses se hayan puesto en cuestión las denuncias por violencia machista y se quiera 'rebautizar' como violencia doméstica. Es posible que el gran cambio en esta sociedad lo traigan los niños que ahora están en la escuela y a los que es necesario educar para que no caigan en los estereotipos de género que a mucha gente de edad les es difícil sacudirse. El machismo está instalado en la sociedad, en esos comentarios aparentemente inocuos entre amigos que reflejan al cromañón que muchos siguen llevando dentro. Es la hora de volver a levantarse y que el impulso traspase las 24 horas que dura un 8 de marzo.

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