El Juego de Tronos en el que se ha convertido la política en general, y en particular la granadina, aventura un arranque de curso político entretenido en la capital. Pero ya que hablamos de series de éxito, qué mejor que abandonar la manida comparación con la popular ficción de HBO para establecer los oportunos paralelismos con la no menos aclamada Stranger Things de Netflix. Y es que sólo de esa forma se puede calificar lo que está sucediendo en la Plaza del Carmen, donde Ciudadanos y Partido Popular cogobiernan con más tensión que cabeza. Los primeros -sostenidos por únicamente cuatro concejales mientras denominan como 'pactos de la infamia' allí donde los socialistas alcanzan acuerdos como primera fuerza- se muestran tibios con eso del 2+2. Mientras, por el flanco azul, Sebastián Pérez prosigue con su guerra en solitario -porque en la dirección nacional cada vez le arropa menos gente- para conseguir que dicha fórmula sea efectiva. Lo dicho, 'sucesos extraños'. A lo mejor ha llegado la hora de que intervenga un mediador -o relator, que le gusta decir a Pedro Sánchez-. Tal vez Iker Jiménez.
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