El lanzador de cuchillos

Supergarcía

Crítico, combativo, descarado. En su programa, la cordialidad acababa justo después de los saludos

José María García ha cumplido 75 años. Por el camino, una carrera llena de hitos en el campo del reporterismo deportivo, pero también algunos fuera de los terrenos de juego, como su cobertura del 23-F. En la noche de los transistores, la imagen de García subido en el capó de un coche, micrófono en mano, quedó como icono del triunfo de la radio sobre el golpismo.

Cuando Lola Flores presentó su espectáculo en los Estados Unidos, el New York Times dijo de ella: "No canta, no baila, pero no se la pierdan". José María García no escribía bien ni tenía voz radiofónica, pero maldita la falta que le hacía porque, como anotó el perspicaz Raúl del Pozo, con sólo veinte palabras le bastó para cambiar la historia del periodismo español y hacerse multimillonario. Lo de las veinte palabras era, evidentemente, una provocación de su amigo Del Pozo, porque García ha sido mucho más que el adjetivo grueso o el giro burlesco a que se agarraron sus imitadores más torpes. García cimentó su éxito en la pasión febril por la noticia, un instinto asesino por la exclusiva y una extraordinaria capacidad de trabajo.

Entre su legado está el haber revolucionado un género periodístico y todo un medio: antes de García el periodismo deportivo era una cosa menor y la radio se escuchaba sólo de día. Él consiguió congregar a diez millones de personas alrededor de un transistor pasada la medianoche para escuchar deporte. Y lo hizo con un estilo propio: crítico, combativo, descarado, y con un lenguaje renovador y voluntariamente extremo. En su programa, la cordialidad acababa justo después de los saludos.

Supergarcía se convirtió en un personaje admirado y temido a partes iguales y sufrió la paradoja de quienes triunfan incordiando al poder, que no es otra que la de convertirse ellos mismos en poderosos. Pero ni sus enemigos más obcecados le niegan sus innumerables méritos: entre otros, haber reinventado las retransmisiones deportivas, del fútbol al ciclismo, habiendo convertido sus vueltas a España en un espectáculo radiofónico memorable. Con muchas luces y algunas sombras, García es un periodista irrepetible, el comunicador más influyente de la historia reciente de España. Hace un par de años tuve el honor de presentar su biografía en el FOMAG. A pesar de llevar más de una década retirado de la primera línea, la sala se abarrotó de un público entregado, que escuchó atentamente a la leyenda viva de la radio hasta que García miró el reloj, se dio cuenta de que llevaba dos horas hablando sin parar y dijo aquello de "buenas noches y saludos cordiales".

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