Perdiendo el norte

Supervivencia rural

Hacen falta políticas claras que devuelvan la posibilidad real de supervivencia a los que huyen de nuestras comarcas más pobres

Hace algo más de tres décadas un periodista de casta, mi admirado Aurelio Cappa, destapó una de las noticias que marcan época: el fraude al Plan de Empleo Rural. El PER no solo quedó desprestigiado sino que fue utilizado, desde entonces, para atacar a Andalucía (también a Extremadura donde estaba vigente) y denostarla por arriba y por abajo. Casi siempre venían las mismas valoraciones de los mismos sitios. El PER tuvo que cambiar de denominación (hoy PFEA) pero ningún gobierno se atrevió a cambiar nada más.

Como hijo de la Granada rural, territorio que ha sobrevivido gracias al PER, debo reconocer que el sistema ha generado fraude y muchas personas se han aprovechado. Pero también proclamo que gracias al PER, al de ayer y al de hoy, nuestras comarcas más pobres han salido adelante y nuestros pueblos han logrado subsistir.

Es cierto que muchas personas siguen defraudando al sistema cobrando el subsidio y trabajando por otro lado. Veo fraude, sí, pero en su uso mismo, a la vez, compruebo una forma de complemento de rentas que sigue siendo imprescindible. Por supuesto que el fraude no puede admitirse. Por tanto, la ley debe dejar claro que se puede acceder al subsidio agrario y tener otros ingresos.

Digo esto porque el PER sigue siendo fundamental hoy para fijar el territorio, para que nuestros pueblos no se vacíen. Solo hace falta mirar a otras regiones muy rurales (dígase ambas Castillas) para ver cómo se han multiplicado los pueblos fantasma.

La Diputación de Granada acaba de firmar con todos los representantes provinciales de todo tipo y ámbito un pacto contra la despoblación. Existe un claro riesgo de vaciado en casi 80 municipios de Granada. Hacen falta políticas claras que devuelvan la ilusión, las ganas y la posibilidad real de supervivencia a los jóvenes que huyen de nuestras comarcas más pobres. Planes como el PER han sido -y siguen siendo- imprescindibles para conseguir el objetivo de mantener vivo el territorio, con las modificaciones que se estimen necesarias.

Pero no lograremos esa fijación de la población sin buenas comunicaciones por carretera, por tren, por autobús, por Internet…, y sin buenos servicios públicos. Este es solo un ejemplo: ¿Cómo queremos fijar al territorio a alguien en el norte provincial si el Gobierno no avanza en la vuelta del tren y si la Junta, por ejemplo, olvida a sabiendas la Autovía del Almanzora hacia Baza o ha convertido al hospital bastetano en un centro de salud bonico y reforzado pero sin los servicios esenciales de un hospital básico? Debemos garantizar buenas bases para después implementar el resto de políticas activas que hagan atractivas nuevas comarcas. No prediquemos en el desierto solo con buenas intenciones. Obras son amores.

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