La aldaba

Carlos Navarro Antolín

cnavarro@diariodesevilla.es

¿Susana discriminada por ser mujer?

No cuela la denuncia porque ella lo ha sido todo en el PSOE y en la Junta. Y ella ha tenido opciones de salida privilegiadas

De aquí al domingo 13 de junio nos quedan por ver muchas cosas en la guerra por la candidatura socialista a la Junta de Andalucía. Y me temo que los histrionismos, desvaríos y descarrilamientos llegarán, como se ve ya, por el bando de Susana Díaz, pues mi Juan (Espadas) es hombre plano, discreto y de esos que da gusto encontrarte en el ascensor, comentar el tiempo mientras buscas la llave sin dejar caer la bolsa del pan y confiarle la presidencia de la comunidad de vecinos de la playa. Si mi Juan desbarra de aquí al día de las votaciones sería un sorpresón sin lugar a dudas. Ahora Susana se ha sacado de la manga el comodín que ya sencillamente no cuela: el de discriminada por ser mujer. Y no sólo no hay quien le compre ya esa enciclopedia, ni poniendo el pie en la puerta como los buenos vendedores, sino que supone también una falta de respeto (vamos a llamarlo así) a las mujeres que verdaderamente son tratadas con desconsideración en diversos ámbitos por el mero hecho de serlo. Basta consultar la trayectoria de la trianera para comprobar que ha estado en las principales posiciones del todopoderoso PSOE de Andalucía y de la mastodóntica estructura de la Junta. ¿Discriminación? ¿Cuándo y dónde, Susana? Acaso habría que preguntarle quién puede presumir de haber recibido la oferta de ser presidenta del Senado, la cuarta autoridad de España, un puesto que ocupa hoy una magistrada de prestigio y discreta como Pilar Llop. Susana, que tardó diez años en acabar Derecho, pudo haberse sentado en ese sillón. ¿A quién, además, le ofrecieron un ministerio o un acta de eurodiputada por dejar la secretaría general del PSOE andaluz? A ella también. Nada quiso, todo lo despreció. Se desplazó a Andalucía hasta el ministro Ábalos para hacer con los cargos como los ambulantes de la playa que exhiben la mercancía de gafas solares y otros cachivaches en los paneles que portan sobre los hombros. Y ahora recurre a un cuento chino para camuflar sus errores (la pérdida de San Telmo) y obtener un parapeto. Y lo dice quien ha sido de todo en el PSOE y en las instituciones andaluzas durante años. Lo afirma quien ha ejercido los cargos orgánicos con mano de hierro y quien ha sido temida y hasta ha tenido el favor de cierta derecha mediática de Madrid. Lo denuncia quien le debe absolutamente todo al partido. No es serio que Susana Díaz recurra a esta artimaña salvo que tenga sondeos internos que le hayan provocado nervios de cara al 13 de junio. Está claro que como ella gane las primarias, todos estaremos pendientes de que los perdedores no sean discriminados. Ni las perdedoras, por supuesto.

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