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Reynaldo / Fernández / Ex Concejal De / Patrimonio

Tejer y destejer, sobre el caballo de Pérez Villalta

UNO de los mayores males de la política ibérica y especialmente la granadina, es el afán por destruir lo que hizo el anterior más que construir nuevas cosas. Deberíamos tomar ejemplo de los monarcas nazaríes que levantaron la Alhambra, cada uno hacia su palacio al lado del anterior, pero no se le ocurría destruir lo del otro, y gracias a esa política hoy Granada es mundialmente conocida.

A muchos nos gustaría que Granada tuviera parques musicales, como los tiene París o Estados Unidos, y que las esculturas no solo sean un recuerdo histórico de nuestros granadinos ilustres sino que también singularicen el paisaje con importantes artistas contemporáneos.

Jamás vimos a ningún turista hacerse fotos en la fachada de nuestro Ayuntamiento hasta que se colocó El instante preciso de Pérez Villalta. La obra escultórica -como dice el artista- se encargó y pensó para ese lugar, es un guiño al renacimiento desde una mirada posmoderna y guarda proporciones con la fachada y la plaza, además tiene una magnífica perspectiva desde las calles colindantes. Pensar que toda obra de arte es independiente de su contexto es un error, trasladar la pirámide de la plaza del Museo del Louvre, o la Torre Eiffel, o los leones del Congreso, no tendría ningún sentido.

Nuestra preocupación colectiva debería ser dotar a nuestra ciudad de más árboles, de más zonas peatonales, mejorar el transporte, y dotarla de elementos artísticos que recreen la sensibilidad de los ciudadanos y nos presenten antes los visitantes como una ciudad abierta y moderna. Cuando dejemos de tejer y destejer esta tierra comenzará a construir su futuro.

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