Las telarañas, tan odiadas cuando aparecen en las rinconeras, han inspirado un buen puñado de historias, anécdotas y frases. Como se aprecia en esta foto tomada en la capital, a simple vista son estructuras extrañamente complejas. Su resistencia está fuera de toda duda, de ahí que sus propiedades se apliquen a los chalecos antibalas. Más allá de Spiderman, estos hilos de seda se pueden encontrar en las escuadras de las porterías, objetivo del Granada mañana, o en las redes empresariales. Esperemos que surtan efecto en Nueva York y que la de Diego permita puntuar... si es que el árbitro se olvida que está en la Corte.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios