Rosa de los vientos

Pilar Bensusan

bensusan@ugr.es

¿Teleférico?

Defender el medio ambiente no es de izquierdas ni de derechas, sino de respeto a nosotros mismos y al legado natural

En estos días mucho se está hablando nuevamente del posible teleférico a Sierra Nevada y como granadina quiero dar mi opinión sobre esta polémica infraestructura que tantos partidarios y detractores lleva generando durante décadas, pero también porque vivo cerca y paseo por la zona en la que presumiblemente se instalaría su base.

Y es que me entristece que en esta ciudad, para los que mandan, su prioridad sean ellos mismos y tras ellos los turistas ocasionales que pasan sólo unas horas en Granada, deteriorando los espacios públicos y trastornando el discurrir de barrios históricos reconvertidos en dormitorios turísticos, en vez de diseñar un futuro coherente para quienes la habitamos.

Pensar que el habitual paseo familiar en un bosque ya bastante diezmado por los incendios y los que practican trial se convierta en zona de afluencia masiva de autobuses y turistas, con inmensas torres, maquinaria y un teleférico sobrevolando el horizonte me da pánico. Ya bastante hemos tenido con que destrocen el paseo de la Fuente de la Bicha con la carretera que actualmente sube a la Sierra.

El turismo a costa de todo con tal de generar ingresos no sólo terminará por convertirnos en un parque temático o en un espacio escenográfico inhabitable, sino que, mientras llega, nuestra existencia será desagradable y nuestra calidad ambiental nefasta, y cuando llegue, Granada estará herida de muerte.

¿Por qué esquiadores y turistas de nieve tienen más derechos que quienes paseamos o hacemos senderismo? ¿Porque dejan dinero? ¿Por qué hay que castigar más aún nuestro generoso hábitat natural? Quien quiera ir a la Sierra que vaya por carretera, que ya bastante impacto ambiental generó en su día. Pero el que en pleno siglo XXI los habitantes de Granada y pueblos cercanos tengamos que soportar semejante impacto medioambiental porque haya quien quiere practicar determinadas actividades lúdicas es no respetar nuestra fauna y flora, ni nuestros espacios naturales, ni a los granadinos que queremos nuestro medio natural en paz. En todo caso, sería el momento de recuperar nuestro histórico tranvía de la Sierra, y como mucho el proyecto de teleférico de 1953, discreto y más acomodado al medio.

La defensa del medio ambiente y de sus criterios de máxima protección no es cuestión de ideologías, ni de izquierdas, ni de derechas, sino de respeto a nosotros mismos, al legado natural que tenemos obligación de preservar para las generaciones futuras y a quienes queremos una naturaleza en paz.

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