Esta boca es tuya

Antonio Cambril

cambrilantonio@gmail.com

La Tertulia

No es otro bar, es un bar otro, sosegado, literario, el BIC por excelencia… el Bar de Interés Cultural que montó Tato

Hace unas semanas caí por La Tertulia y conversé con Horacio Rébora, el dueño. Estaba aún impresionado por la muerte del catedrático Juan Carlos Rodríguez y le dedicó unas cariñosas palabras que me hicieron recordar los versos de Francisco Brines: "Un día no serás, y nunca el mundo sabrá que pudo ser siempre más bello con sólo retenerte. Yo soy ese testigo que canta, sin furor, tanta demencia". Pero Tato superó el momento, mantuvo la entereza, recordó los años difíciles y relató con un punto de divertida ironía el drama que supone el divorcio de cada pareja de amigos: "Cuando se separan, ninguno viene por temor a encontrarse aquí con su ex, con lo cual es más fácil que tropiecen en cualquier otro lugar de Granada y, en vez de uno, pierdo dos clientes". Después contó que había ignorado la tentación de echar el cierre y detalló el nuevo proyecto, que anteayer confirmaba Granada Hoy: el bar celebrará su 37 aniversario con la apertura de la XVI edición del Festival Abril para vivir. La noticia es magnífica. La Tertulia es un bar en el que han cabido la noche y algunas de sus mejores criaturas desde hace casi cuatro décadas. En este tiempo han sido muchas las deserciones forzadas (Fernández-Píñar, Egea, Morente, el propio Rodríguez…) y una legión de asiduos que han realizado el milagro por la espalda, que han convertido en agua el vino y han abandonado el local para refugiarse en facebook, el bar de los que no tienen bar.

La Tertulia ha resistido, ha vencido al tiempo y a multitud de los bares de moda que pasaron pronto de moda, que fueron, como no pocos amores, "fuego y llamas durante un año, cenizas durante treinta". Anclado en López Mezquita resiste el barbebirborbur de la escena granadina; el local de la copa larga en verso corto, del güisqui libre o del ron endecasílabo; la madre que parió a varias generaciones de cantautores y poetas; la patria del Festival Internacional de Tango; el rincón en que tantos dejaron aparcada la felicidad o la juventud en una noche remota de lluvia; el mismo en que recitó Rafael Alberti, se embriagó Ángel González, coqueteó Gil de Biedma, nació la Nueva Sentimentalidad y ardió Troya en fuego manso. La Tertulia no es otro bar, es un bar otro, sosegado, literario, el BIC por excelencia… el Bar de Interés Cultural que montó Tato, ese grandísimo granadino que fue a nacer en Argentina, y que esta misma noche celebra su 37 cumpleaños.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios