crónica personal

Pilar Cernuda

Tiempo de rescates

LA Bolsa anda revuelta hacia la baja y la prima de riesgo revuelta hacia arriba porque Mariano Rajoy no acaba de decidirse sobre el rescate al que no hay que llamar rescate si se siguen las indicaciones del Gobierno.

Los analistas afirman que las razones para que el Íbex y la prima muestren cara negativa se deben a que los inversores quieren que el Gobierno pida de una vez los miles de millones de euros que necesita la banca, y que también de una vez pida que el BCE compre deuda; además, afirman los analistas, en el sector ha caído como un jarro de agua fría que Alemania, Holanda y Finlandia hayan expresado sus dudas respecto a la recapitalización directa a la banca española por parte de la UE, lo que echa por tierra la decisión aprobada en el Consejo Europeo del pasado mes de junio y que daba un respiro a España en momentos de máxima dificultad.

La palabra rescate se pronuncia cada minuto en los circuitos económicos y empresariales aunque no tenga la simpatía de Rajoy y de sus ministros, que prefieren otra terminología. Que Rajoy no acabe de mostrar sus cartas y que además aparezca un triunvirato poniendo en cuestión las decisiones tomadas por los jefes de Gobierno de la UE, incluidos los propios, provoca desazón, inquietud e incógnita sobre el futuro inmediato. Si no hay rescate a la banca -nos dicen desde hace semanas- no habrá crédito, sin crédito no hay iniciativas que creen empleo, sin empleo no hay consumo… y así sucesivamente hasta que el panorama se vuelve oscuro, negro. Y sin rescate, y es lo más importante, no hay inversores que apuesten por España, y seguirá la línea de bajada del Íbex y de subida de la prima.

Mal asunto. En esa situación Castilla-La Mancha pide ayuda, rescate, por valor de 800 millones de euros. Tiene todo el derecho a hacerlo, incluso el deber de hacerlo para hacer frente a sus compromisos, pagar sus deudas y poner en marcha proyectos que generen riqueza. Pero esos 800 millones, sumados a los rescates solicitados por Valencia, Cataluña y Andalucía, suman 15.500 millones de euros, y el fondo a disposición de las autonomías es de 18.000 millones. ¿Habrá para todos? Tendrá que haberlo, aunque se saquen los millones de debajo de las piedras. Pero esas comunidades están obligadas a tomar medidas muy estrictas de ajuste para reducir sus gastos actuales y para devolver el dinero que piden prestado.

Igual que ocurre con el rescate para España, que no será gratis aunque el propio ministro de Finanzas alemán advierta que en caso de pedirlo no será necesario exigir nuevos esfuerzos al Gobierno español porque ya está haciendo bien los deberes. Falta uno, de la máxima importancia: la reforma de las administraciones públicas. ¿Será verdad que el rescate a España es importante para los inversores porque sólo así Rajoy se atreverá a hacer esa reforma indispensable?

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