X Ayer empezo el lío. Un año nuevo nos espera, aunque el tiempo sea un concepto relativo y, despues de Einstein y su teoría del espacio tetrangular, los relojes hayan dejado de tener sentido. Un año nuevo lleno de pliegues temporales en los que pueden ocultarse desde libélulas multicolores de esas que hacen felices a los niños, hasta monstruosos dragones empeñados en convertir la vida en una brutal lucha por la supervivencia.
Año nuevo vida nueva, discurre el aforismo. Pero no es cierto. Es vieja, y no hay nada despreciable en ella, sino admirable. La vida humana es el mayor suceso conocido del Universo. Llena de contradicciones, de héroes y de villanos, de oportunistas y de idealistas, de víctimas y de verdugos. Y repleta de seres, que se enfrentaron con generosidad y altruismo a las serpientes de la miseria ética y estética. Desde Buda hasta Jesucristo, desde Rosa Luxemburgo hasta el Che Guevara. Tantos talentos y voluntades que, desde diferentes perspectivas, creyeron en la posibilidad de organizar convivencias más justas, más ricas en sus perfiles creativos, más eficientea en la redistribucion de la riqueza, más dignas y alejadas de los abalorios y los cachivaches consumistas.
Llamemos pues a la puerta, Toc, Toc, del año 2018. Nos alegra su llegada, sí, pero que nos gustaría hacerle preguntas que sus hermanos, sepultados en la fosa del tiempo, no supieron contestar. Preguntas que se refieren a nuestras ilusiones y nuestros sueños, a nuestras frustaciones individuales y colectivas también. Preguntas que están igual de vivas que cuando nacieron.
Pero no alcanzo a oír tu respuesta.Ya sé, ya sé que, como tiempo que eres, no te riges por la lógica de las preguntas y las respuestas sino por la de los minutos, las horas, y los segundos. Permíteme entonces que yo busque amparo en la poesía frente a tu silencio de esfinge.Y que, anticipando tu escepticismo, te recuerde unos versos inquietantes para los dueños del mundo. Que dicen asi:
"Aunque el otoño de la historia / cubra nuestras tumbas con el aparente polvo del olvido / jamás renunciaremos / ni al más viejo de nuestros sueños".
Los escribió Miguel Hernández. Fue y es, además de poeta, una bandera.
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