El 7 de febrero se consumó una de las mayores victorias de la sociedad civil granadina que ha sido posible gracias a la unidad de toda una ciudad (y de una provincia) en torno a la necesidad de defender lo común, en este caso representado por un servicio público esencial como es la sanidad pública. Haber conseguido este éxito demuestra la capacidad de movilización de la gente, y haber sabido firmar un acuerdo para revertir los efectos de esos recortes demuestra la capacidad de diálogo de las organizaciones sociales. Ahora viene el momento de la participación efectiva en el que se deben tener en cuenta todos los saberes y todas las necesidades del sector sanitario y de la población de Granada.

Todavía quedan muchos flecos pendientes y en Granada sigue habiendo muchas necesidades acuciantes en el propio sector sanitario, con los déficits en la atención primaria y en la atención a las enfermedades crónicas como cuestiones clave. Aunque también es prioritario intervenir en otros ámbitos como por ejemplo los cortes de luz, el empleo o las infraestructuras.

Estoy seguro de que nuestros gobernantes han tomado nota y van a articular procesos de diálogo y participación para buscar pactos como el de esta semana. Mientras lo hacen tenemos por delante nuevas acciones conjuntas donde los granadinos y granadinas pediremos lo que necesitamos. Una de ellas es la movilización por el ferrocarril del 12 a las 12.

Es evidente que el AVE no es tan prioritario para la ciudadanía como la sanidad pública, entre otras cosas porque cuando lleguen esos trenes serán utilizados por la minoría que los pueda pagar, y sólo llegará algún goteo a la mayoría a través de los beneficios que tenga para la economía local. Sin embargo, la sociedad civil granadina plantea varias correcciones a la inversión en la alta velocidad que generarían un mayor beneficio y que nos animan a sumarnos a sus reivindicaciones. La primera es la necesidad de la reconexión inmediata por Moreda, incluyendo inversiones en las vías que van al norte y al este. La segunda es la entrada soterrada del ferrocarril para no fragmentar la ciudad y liberar espacios fundamentales para la mejora urbana. Y la tercera, pero no la última, sería el desarrollo del Corredor Euromediterráneo para las mercancías, que limite las necesidades de transporte por carretera (más costoso y contaminante).

Los ceses en sanidad demuestran lo caro que se paga el maltrato a una provincia entera. Espero que quienes gobiernan en Madrid y quienes los apoyan hayan tomado nota y sean coherentes con las necesidades de Granada frente a las órdenes de sus partidos respectivos.

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