Cambia, todo cambia

Trump o el 15-M

Debemos facilitar procesos de construcción de un programa de gobierno que sea útil para mejorar la vida de la gente

El pasado miércoles nos despertamos con las réplicas de un enorme terremoto. Como si sintiéramos las ondas del seísmo, mucha gente íbamos dando respingos en nuestras casas conforme nos enterábamos de que alguien como Donald Trump iba a ser presidente de los Estados Unidos. Sin duda alguna, es una mala noticia para todo el mundo, y en particular para quienes vivimos en el Sur.

Eso sí, esta victoria electoral es el resultado del fracaso de los políticos norteamericanos para dar respuesta a las necesidades de la gente que ha sido castigada, allí también, por la crisis que comenzó en 2008.

Sin embargo, ante un hartazgo similar, en España hace 5 años que tuvimos un terremoto muy distinto con epicentros en las principales ciudades del país, entre ellas Granada, que volvió a demostrar que estamos en zona sísmica. Estoy hablando del 15-M de 2011, que fue un terremoto social de enormes dimensiones con fuertes réplicas que todavía se sienten en nuestro país y en parte del extranjero.

El 15-M ha tenido un resultado opuesto al del terremoto de Trump y a los temblores de tierra en los países del Sur del Mundo: en lugar de acabar con las casas de las personas más humildes ha conseguido que cada vez sea más difícil que un banco las deje en la calle, y en lugar de sembrar de cadáveres los barrios y ciudades más desprotegidos, está llenando de zombis los partidos políticos que han gobernado nuestro país después de la transición. Aunque algunos de ellos ya están sepultados bajo los escombros de aquello que ha ido cayéndose gracias a la presión popular y a la podredumbre de sus cimientos corrompidos. Los mejores ejemplos de esto: los líderes del PP valenciano o de la extinta CiU, la cúpula de Bankia, o los expresidentes de la Junta de Andalucía. Quién sabe cuántos políticos granadinos van a engrosar esta lista ahora que se están destapando muchas de las corruptelas del mal gobierno de nuestra ciudad.

Personajes como Le Pen, Trump, y también Rajoy, implican un serio riesgo de que lo conseguido a partir del 15-M pueda ser a su vez sepultado por una contrarrevolución conservadora, que quizás no será tan pacífica como la de las plazas y las asambleas.

Por ello es fundamental que quienes apostamos por el cambio en ciudades como Granada, donde la legitimidad del bipartidismo es cada día más baja, facilitemos procesos de empoderamiento y de construcción de un programa de gobierno que sea útil para mejorar la vida de la gente. Ese es el desafío, o conseguimos el gobierno de la gente, o tendremos otra vez a un Trump granadino.

MÁS ARTÍCULOS DE OPINIÓN Ir a la sección Opinión »

Comentar

0 Comentarios

    Más comentarios