Los tiempos cambian y la vida ya no es como a principio de siglo. Hubo un tiempo en el que las vacaciones se usaban para descansar, para visitar lugares con calma y ver bien todo lo que tienen que ofrecer. Pero ahora, la inmediatez y la comodidad se han adueñado de todas las capas de la sociedad y el turismo no es una excepción. Los grandes grupos de visitantes que antes recorrían a pie los centros de las ciudades, cámara en mano, ahora lo hacen motorizados, para ganar tiempo y poder ir corriendo a ver el siguiente monumento. No vaya a ser que cierren el Palacio de Carlos V.

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