Cuarto de Muestras

Turno de Oficio

No tiene sentido homenajearse a sí mismo mientras quien debe reconocer y pagar el trabajo justamente no lo hace

Han hecho más por la imagen de la abogacía los personajes buenos y malos de películas y series de televisión protagonizadas por abogados que el Consejo General de la Abogacía en pleno y los colegios de abogados de toda España juntos. Su función institucional y durante mucho tiempo más cercana al poder que a los propios letrados, no han conquistado a la sociedad ni tan siquiera a parte de sus propios colegiados que se han sentido huérfanos en la defensa de sus derechos y reclamaciones.

Siempre digo que debo parte de mi vocación a Atticus Finch, célebre abogado de "Matar a un ruiseñor" encarnado por Gregory Peck. Me he sentido más identificada con "El Chepa" y Cosme de la serie "Turno de Oficio" que con muchos compañeros que visten la toga. He recurrido, como en tantas cosas de la vida, a la ficción para entender la realidad y quererla más. Sin esa memoria cinematográfica no creo que me hubiera prometido a mí misma mantenerme en el Turno de Oficio mientras que estuviera ejerciendo como abogada, promesa que no siempre es fácil de cumplir.

Cuento todo esto porque desde hace unos años se celebra en los Colegios de Abogados el día de la Justicia Gratuita y el Turno de Oficio. Se hacen por los decanos declaraciones solemnes, justas reivindicaciones y a los abogados más maduros, como yo, que prestan este servicio, se les entrega un diploma conmemorativo. La cosa acaba en Jerez, asomados al balcón para una foto que hace sonreír.

Debieran ser la propia sociedad a la que se presta el servicio y los poderes públicos que se cuelgan las medallas de lo que sólo administran a cambio de unas cantidades ridículas y exprimen políticamente, quienes reconocieran este esfuerzo. No tiene mucho sentido homenajearse uno a sí mismo mientras quien debe reconocer y pagar justamente el trabajo no lo hace. Es más justo y necesario la reivindicación y no claudicar ante quien corresponde y en el momento procesal oportuno.

El Turno de Oficio no es cuestión de diplomas ni encomiendas, es trabajo que precisa conocimiento, esfuerzo, tenacidad y que como cualquier otro ha de ser pagado y si se regala la sociedad debe saber quién lo regala: los abogados. Entretanto, no hay mayor homenaje ni diploma mejor grabado que el agradecimiento del cliente y la posibilidad de vivir los contados instantes de grandeza que la profesión tiene.

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