Res Pública

José Antonio Montilla

montilla@ugr.es

Ucronía

Si no hubiera triunfado la moción de censura contra Rajoy el 90 % de los contratos seguirían siendo temporales

La aplicación de la reforma laboral está teniendo consecuencias muy positivas. En pocos meses ha alterado la forma de contratar en España. Un país caracterizado por empleos temporales, en el que los contratos indefinidos no llegaban al 10% de los suscritos cada mes, se ha transformado de forma fulgurante hasta lograr en muy poco tiempo que los contratos indefinidos sean ya la mitad de los que se firman. La clave del éxito radica, seguramente, en su carácter acordado entre el Gobierno, los empresarios y los sindicatos. Se alcanzó el acuerdo en el punto justo en el que se protegía a los trabajadores sin perjudicar a la actividad empresarial. Frente a ese ejercicio de responsabilidad, no podemos olvidar la irresponsabilidad de los diversos grupos políticos que la combatieron hasta estar a punto de hacerla fracasar. Si entre la derecha, la ultraderecha, los independentistas y un par de tránsfugas hubieran impedido la convalidación del decreto-ley de reforma laboral, millones de trabajadores de toda España estarían hoy más desprotegidos.

De vez en cuando hay que utilizar la ucronía, esto es, intentar reconstruir que hubiera pasado si los hechos hubieran sido distintos a cómo sucedieron en realidad, y reflexionar sobre ello. Dado que nos referimos al mercado de trabajo, procede plantearse cuál sería la situación de España si en 2018 no hubiera triunfado la moción de censura contra el Presidente Rajoy. Es claro que todo sería muy diferente. Por supuesto, el 90% de los contratos seguirían siendo temporales. Pero también parece evidente que el Salario Mínimo Interprofesional estaría en torno a las 750 euros, muy lejos de los 1000 actuales; las pensiones no se estarían revalorizando conforme al IPC sino que se estaría aplicando el ridículo 0,25% anual; no habría Ingreso Mínimo Vital sino que cada Comunidad Autónoma aplicaría sus rentas de inserción, muy distintas en unos u otros territorios; o los permisos de paternidad y maternidad no estarían equiparados y no habrían alcanzado las 16 semanas. En definitiva, la situación de los trabajadores, y especialmente de las trabajadoras, sería mucho peor, con contratos temporales, salarios más bajos, pensiones de jubilación perdiendo poder adquisitivo cada año, sin red de garantía frente a la pobreza o con menos apoyos para constituir una familia. La diferencia ha sido tan radical en tan poco tiempo que me resulta sorprendente la existencia de una sola trabajadora o un solo trabajador que añore el Gobierno de la derecha salvo que aspire a recibir una herencia de más de un millón de euros por la que pretenda no pagar impuestos.

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