Pensándolo MEJOR

Miguel Hagerty

Underground

DA la sensación de que lo más interesante a nivel local, regional y nacional está ocurriendo de modo subrepticio, casi furtivo, lejos de nuestra vista pero cerca de nuestros bolsillos. El ejemplo más claro, y hasta emblemático (¿dónde estaríamos los columnistas granadinos sin un buen botellón con que meternos de vez en cuando?), es la nueva modalidad subterránea de celebrar la borrachera colectiva -de hecho, se emborrachan mucho menos de lo que se piensa, pero lo cortés no quita lo valiente-, por lo cual seguramente algunos sufridos vecinos están aliviados.

No es el hecho en sí de trasladar el botellón a los estacionamientos públicos, lo cual no deja de reflejar cierto nivel de imaginación, sino la llamada del alcalde a los propietarios de los mismos -también a los vecinos afectados- de denunciar estos botellones cavernículos (sic) porque sin tales denuncias no podrán actuar. No llego a comprender por qué tardan tanto en denunciar lo que llevan años denunciando. Es como si el hecho de hacerse topos etílicos les hiciera menos dañinos. Ya saben: fuera de vista, fuera de mente.

Lo regional se mezcla magistralmente con lo local en otro tema relacionado con el anterior; es que los estacionamientos de coches están de moda en Granada. Quitando el tema del "Parking" del Violón -rima con follón-, nos queda por comentar los restos pétreos de la antigua Plaza de Toros del Triunfo. Por lo visto las piedras del noble coso de antaño, que se asomaba al actual Rectorado, se encuentran en cajitas bien guardadas en el mismo parking, el que lo sustituye en el espacio y tiempo.

Es un magnífico ejemplo de cómo rizar el rizo político-administrativo. La Corporación de la Plaza del Carmen alega que los costes de conservación deben correr a cuenta de la Junta, y la Junta dice exactamente lo mismo pero al revés. La trayectoria de la polémica no es muy original a estas alturas, pero sirve de cierta distracción ante el aumento de desempleados.

El tema estrella a nivel nacional -al menos mientras escribo esto, el viernes por la tarde- sigue siendo la barbacoa de Bush el día quince. Una observación previa: la noche de la aplastante victoria de Obama, un enviado especial de la RTE se despidió de la conexión con una sonrisa oreja a oreja diciendo: "lo único que puedo asegurar, es que mañana la Bolsa subirá".

Pues bien, la Bolsa bajó. ¿Por qué? Porque la bolsa necesita guerras para que la industria pesada funcione. Así de fácil. ¿Refundar el capitalismo bajo la tutela de Bush? Claro. Mientras llegue el 20 de enero y la investidura de Obama, igual me meto en un Parking con los chicos.

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