Susana Díaz cogió ayer la A-92 para venir a Granada a acompañar a Pedro Sánchez en su mitin de Granada. Avisó a última hora, como las estrellas, de que vendría al acto en una jornada en la que de nuevo se mascaba la tensión entre Madrid y Sevilla por las listas del 28-A. Al parecer, la sevillana se resiste a que el madrileño imponga una lista 'sanchista' y ubique a varios ministros en las provincias andaluzas. La vieja guerra entre Ferraz y lo que antes era San Telmo, ahora simplemente el PSOE-A. Pero se juntaron en Granada y ciertamente ambos líderes socialistas mostraron unidad y evidenciaron que hay sintonía cuando lo que se trata es de luchar contra el "trifachito" de derechas como lo calificó la propia Susana Díaz. Tampoco es que parecieran los mejores amigos de la historia, pero por lo menos sí supieron lanzar un mensaje de cohesión y fortaleza en medio de una temporada de elecciones. Ya es primavera electoral para el PSOE y la impresión es que, pese a la tensión que marca la confección de la listas, el enemigo común marca la agenda. Hay quien también verá algo de actuación en esta unión. Sólo el tiempo lo dirá.

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