¡Oh, Fabio!

Luis Sánchez-Moliní

lmolini@grupojoly.com

Uxue Barkos, sin careta

La presidenta de Navarra, aupada al poder con los votos de Bildu, es uno de esos ídolos falsos creados por la prensa

La actual presidenta de Navarra, Uxue Barkos, es uno de esos ídolos falsos creados por la prensa parlamentaria española, la cual le concedió el premio "diputado revelación" deslumbrada por su estilo alegre de chica reportera. Durante mucho tiempo, algunos la consideraron como el rostro humano de un nuevo nacionalismo que no olía ni a sacristía ni a goma-2, la esperanza blanca para la normalización de ese próspero y privilegiado territorio compuesto por el País Vasco y Navarra que, no sin cierta sorna, ha sido denominado por algún periodista de fina y venenosa retranca mediterránea como el "Gran Luxemburgo español". Más tarde, un cáncer al que la pamplonica se enfrentó con admirable valentía le granjeó, mediante un mecanismo psicológico comprensible, aún más simpatías dentro del mundo mediático y político.

Sin embargo, y sin negar sus más que probables virtudes humanas -que de eso tenemos casi todos- , Uxue Barkos está demostrando desde su sillón de la comunidad foral que no es más que una adaptación evolutiva del viejo nacionalismo al nuevo ecosistema político vasco-navarro generado por la derrota policial de ETA. Las pruebas están ahí. No fue otra la que aceptó los votos de EH Bildu para su investidura y nombró a dos de sus militantes como consejeras de Presidencia y Desarrollo Rural. Tampoco fue otra la que permitió el apoyo de su Ejecutivo a la manifestación a favor de los detenidos por la paliza propinada a unos guardias civiles y sus parejas en Alsasua, ni la que, con calculada ambigüedad y equidistancia, habla en sus homilías de "todas las violencias" para intentar diluir el sufrimiento de las víctimas de ETA en el caldo difuso del "conflicto vasco". Hace tiempo que lo están avisando los damnificados por ETA y numerosos especialistas en terrorismo, como el profesor vasco de la Universidad Loyola Andalucía Pedro Rivas: el nacionalismo está logrando construir e imponer un relato tramposo de lo ocurrido en las últimas décadas en las tierras euskaldunas, según el cual no hubo verdugos ni víctimas, sino meros sufridores indiferenciados de un enfrentamiento fatal.

Lo último para despojar a Barkos de esa careta de amabilidad que construyeron los periodistas ha sido el comunicado de las víctimas navarras para denunciar las continuas manipulaciones de un Gobierno que las ignora por ser la prueba viva de que todo su discurso respecto al terrorismo es, simplemente, una mentira. La misma mentira que representa la que fuese "diputada revelación" aquel lejano, muy lejano, 2005.

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