Mirada alrededor

Juan José Ruiz Molinero

jjruizmolinero@gmail.com

Vacunas Sánchez

Es demasiado lo que se juega la sociedad para propagandas o crear más incertidumbres y temores

Pedro Sánchez ha asegurado, una vez más, que en verano el 70% de la población española estará vacunada. Su falta de credibilidad ha coincidido con otra muestra de la caótica política sanitaria, esta vez volviendo a desandar el camino con AstraZeneca, que ahora se va a inocular sólo a mayores de 60-65 años, con lo cual en los más jóvenes que la recibieron -docentes, fuerzas del orden, etc.- crece el temor ante sus posibles efectos secundarios. Ni Gobierno ni expertos han estado a la altura exigida en estos momentos cruciales, creando una atmósfera de inseguridad e inquietud en la población, cuando lo importante es vencer al virus y detener esta danza macabra de muertos, ruina y atentados contra los derechos fundamentales. La esperanza de los doloridos ciudadanos está en las vacunas, pero con las naturales garantías. Por eso pedía que el Gobierno se vacunara en pleno con AstraZeneca para dar ejemplo.

El presidente, ahora que se ha desembarazado de Iglesias, puede pensar que el informe de Amnistía Internacional acusando a España de desatender los derechos de millares de ancianos muertos en residencias o en centros hospitalarios, algunos de ellos discriminados por edad, no es cosa suya, sino de un vicepresidente de Asuntos Sociales, que no se asomó a una residencia de mayores ni se interesó por ellos cuando el Gobierno del que formaba parte asumió el mando único de la crisis que superaba la 'cogobernanza' con las autonomías, donde estaban instaladas. Por lo visto les interesaba más a los ciudadanos debatir sobre monarquía o república, sobre si Puigdemont era un 'exiliado' comparable con los republicanos que huían de la muerte y la represión franquista, entre tantas otras ocurrencias, que del fallecimiento de millares de allegados, en circunstancias horripilantes, enfermedad, paro, ruina, falta de libertades, resultado de la dimensión de la pandemia y su gestión.

He hablado de espectáculo bufo y obscenidad política con esas peleas por repartirse sillones, desembocando, al fin, en una innecesaria convocatoria electoral en Madrid el 4 de mayo -menos mal que no es el 2, día histórico para los madrileños, inmortalizado por Goya con sus Fusilamientos de la Moncloa-. Lo importante ahora es que Sánchez no nos vuelva a engañar una vez más y que en el verano estemos casi todos vacunados y podamos, poco a poco, ir recuperando la vida normal, visitar familiares, abrazar a hijos y nietos -si a tanto llegan las vacunas Sánchez- y hasta no usar mascarillas cuando tomamos el sol en la playa o paseamos, en soledad, por el campo, como nos prohibía el BOE, convertido en un TBO, cuya viñeta tuvo que matizarla enseguida don Pedro. Es demasiado lo que se juega la sociedad para propagandas o crear más incertidumbres y temores.

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