Cambia, todo cambia

Valentía frente al PP

Las carocas granadinas se han acordado de la corrupción del PP dedicando una a los fantasmas de Emucesa

En Granada estamos de Corpus y en el Congreso están de Fallas, intentando quemar (políticamente, claro) las figuras de cartón que actualmente representan Mariano Rajoy y sus ninots. Espero que no haya ningún Tamayazo y que la moción de censura prospere para que el partido de la corrupción deje de gobernar nuestro país.

Al proponente Pedro Sánchez le podemos reprochar muchas cosas, pero hay que reconocerle una valentía muy escasa en política. Fue valiente cuando intentó parar a Rajoy en 2016 a sabiendas de que le podía costar el cargo, demostró coraje cuando se enfrentó al aparato de Susana Díaz y a los dinosaurios del PSOE, y ha sido intrépido cuando ha planteado (y mantenido) la moción de censura mientras arrecian los ataques furibundos que soporta desde que en 2016 se enfrentara a la derecha política, económica, y mediática.

Y es que las mentiras de Mariano Rajoy han sido desmontadas judicialmente, incluida la condena del propio PP en la Audiencia Nacional. La primera sentencia del caso Gürtel junto con decenas de sentencias más señalan que nuestras instituciones necesitan una regeneración urgente. Hay que auditar en profundidad los Gobiernos sospechosos, cuyos responsables tendrán que responder penalmente por lo que han hecho y tendrán que devolver lo que nos han robado. Hasta las carocas granadinas se han acordado de la corrupción del PP, dedicando una quintilla al personal fantasma de los cementerios, que cobraron sueldos de alta dirección sin estar de cuerpo (ni de alma) presente.

Pero en Granada o falta valentía o falta vergüenza. La mala gestión y la corrupción en Emucesa está relacionada con los desahucios de nichos y con las subidas de tasas que obligan a que muchas familias granadinas velen a sus allegados en tanatorios del cinturón; y mientras tanto el PP de Sebastián Pérez, y el PSOE de Francisco Cuenca sostenido por sus tránsfugas, se han negado a apoyar la moción de Vamos, Granada que pedía una auditoría de la empresa de cementerios para revisar una gestión bajo sospecha y para determinar por qué pagamos más mientras el socio privado percibe cada vez mayores dividendos y el socio público (Ayuntamiento) recibe cada vez menos.

Lo que vamos conociendo de los casos de corrupción granadinos describe la connivencia entre el Gobierno local y los empresarios a los que supuestamente beneficiaba. Me cuesta mucho creer que no hicieran lo mismo en otras áreas y en empresas municipales como Emasagra o Gegsa, o en el gobierno del propio Sebastián Pérez en la Diputación. A ver si el PSOE granadino se contagia de la valentía de su líder estatal y algún día se decide a auditarlas.

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